Miles de militantes antiabortistas se reunieron este viernes en Washington para su anual "Marcha por la Vida", alentadas por el apoyo del presidente estadounidense, Donald Trump.

El multimillonario republicano aseguró en un video que se opondría a cualquier legislación del Congreso "que debilite la protección de la vida humana".

"Desde la Casa Blanca hasta su casa, la vida vuelve a ganar en Estados Unidos", dijo por su parte el vicepresidente Mike Pence, un ferviente opositor al aborto, a la multitud congregada.

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Los antiabortistas denuncian desde hace 46 años el fallo emblemático de la Corte Suprema en el caso Roe contra Wade que legalizó la interrupción voluntaria del embarazo, el 22 de enero de 1973.

La derecha conservadora y cristiana aprovecha cada año el aniversario de esa decisión judicial para movilizarse y pedir un cambio de legislación.

"Cada vida importa, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural", aseguró a la AFP Mary Ryvack, que acudió a la capital desde Milwaukee, en el estado norteño de Wisconsin.

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Esa madre de familia participó en la manifestación con el fin de denunciar "los horrores" cometidos por los legisladores "que creen el derecho, que solo pertenece a Dios, de dar y quitar la vida".

La multitud, entre las que había numerosos jóvenes de centros educativos religiosos, enarbolaban pancartas con mensajes como "Elijan la vida, amen la vida" o "Seremos su voz".

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El fallo de la Corte Suprema "es una atrocidad, y no sé si podremos revertirlo, pero podemos hacer leyes que definan lo que es una persona y den al feto o al niño la protección de la Constitución", afirmó Dave Doran, que vive al norte de Indianápolis, a unos 800 kilómetros de Washington.

Trump eligió para la Corte Suprema a dos jueces opuestos al aborto, lo cual hace temer a los defensores de esa práctica un cambio de criterio en el tribunal de mayor rango de Estados Unidos.

El cortejo salió como siempre de la arbolada explanada del National Mall, en el centro de la capital federal, y se dirigió al edificio de la Corte Suprema, a proximidad del Capitolio.

El alto tribunal estudiaba precisamente una ley de Indiana que prohíbe los abortos terapéuticos.

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Desde 1973, se han tomado numerosas medidas para complicar el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo por iniciativa de responsables políticos antiabortistas.

En noviembre, los electores de Alabama aprobaron una enmienda a la Constitución del estado que da los mismos derechos a un feto que a una persona.

El texto precisa que el Estado "no protege el derecho a practicar el aborto o la obligación de financiar el aborto", y no hace ninguna excepción para los casos de incesto, violación o peligro para la vida de la madre. (I)