Solo en una esquina de la manzana 16-01 del sector identificado como Pelícano, en Socio Vivienda 2, noroeste de Guayaquil, hay trece orificios de bala en paredes, techos, puertas y ventanas.

Son huellas de las balaceras que, según los moradores de esta zona que por tres ocasiones ha sido intervenida por la Policía, se suscitan prácticamente a diario, supuestamente por lucha de territorio.

Los habitantes piden ayuda y aseguran que temen denunciar porque podrían ser blanco de represalias. Más bien huyen de las entrevistas y dicen que hablar los podría comprometer, pues han sido testigos de cómo los vecinos que se quejan son constantemente amenazados y hasta baleados.

Publicidad

Eso habría pasado el domingo 6 en un parque cercano al sector conocido como La Barraca. Allí le dispararon en la pierna a una adolecente de 16 años.

Según un testigo, dos sujetos que estaban escondido en los árboles abrieron fuego con la víctima, que herida pudo correr a su casa.

Los agujeros de los disparos marcaron varias casas cercanas a la de la adolescente, que supuestamente había dado información a la Policía.

Publicidad

Según William Ron, jefe policial del distrito Nueva Prosperina, dos hombres fueron identificados en este ataque y uno ya fue detenido.

Sin embargo, no serían los únicos sujetos que mantienen en zozobra a Socio Vivienda, plan habitacional promovido en la presidencia de Rafael Correa para reubicar a quienes vivían al pie del estero Salado.

Publicidad

Otro hombre que porta grillete electrónico fue grabado con una subametralladora caminando con otros sujetos por calles de la zona.

La Policía lo identificó, pero al llegar a su casa no encontraron el arma de fuego. No obstante, Tannya Varela, comandante policial de la Zona 8, aseguró que la libertad condicional (uso del grillete) del individuo iba a ser revocada y que volvería a prisión.

Varela admitió que el tema del control es complicado porque los delincuentes serían supuestamente moradores de la zona que se protegen entre sí. Comentó que la gente no permite las detenciones y que los policías han sido agredidos.

Al anunciar que programaría otra intervención, comentó que mientras no exista “un cambio” en las familias, persistiría la inseguridad.

Publicidad

Los vecinos piden que se militarice la zona y consideraron que el problema salió del control que podría ejercer la Policía. “Los insultan, qué tipo de respeto hay ante la autoridad”, dijo una moradora que vive al inicio de la segunda etapa de este plan habitacional, donde hay unas 23.000 personas.

La mujer contó que cada noche se para afuera de su casa para esperar a su hija que llega en bus. Lo hace con un machete en las manos y aseguró que varias veces ha amenazado a los delincuentes.

Ella afirmó que fue testigo de cómo hace un poco más de una semana quince hombres se subieron a un bus y asaltaron a los usuarios y al conductor. Dijo que los taxistas se niegan muchas veces a hacerles carreras hasta allá porque son desvalijados.

Aseguró haber acudido al Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) para pedir permiso para alquilar su casa e irse a un lugar más seguro, pero sostuvo que la respuesta habría sido que si hacía eso, se la quitarían.

Otros habitantes contaron que quienes acuden a reparar o instalar servicios básicos también corren peligro. “Siempre que vienen, así sea a repartir mercadería a las tiendas, deben hacerlo acompañado de policías”, manifestó un vecino.

Ellos dijeron que gente de la provincia de Esmeraldas y de la isla Trinitaria (sur de Guayaquil) que es buscada por las autoridades se refugian en el sector y que los de Socio Vivienda huirían hacia la Trinitaria. (I)