Hasta el momento no se tiene ningún indicio de Juan José Criollo Sailema, 79 años, que el 24 de noviembre desapareció cuando la mañana de ese día había salido a caminar por los senderos del barrio San Luis, parroquia Picaihua.

Entre los familiares y vecinos del lugar existe desesperación por no saber nada de él, incluso en la mañana de este jueves se procedió a realizar una nueva búsqueda por la quebrada de Curiquingue y de Huasinga Grande, en los límites con el cantón Pelileo, con la ayuda de perros amaestrados, pero sin lograr ningún resultado.

Martha Criollo, hija del adulto mayor, manifestó que en los familiares existe desesperación porque pasan los días y no se sabe nada acerca de su paradero, que incluso por esa razón ahora tiene que tomar medicamentos para calmar los nervios.

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Contó que su madre, Carmen Moyolema, también se encuentra muy afectada en su salud desde la desaparición de su progenitor porque la pareja andaba junta a todas partes, que por esa razón ahora entre los hermanos se turnan para cuidarla.

Con cierto asombro indicó que hace aproximadamente quince días retornó a su casa el perro con el que había salido a caminar su progenitor.

Dijo que cuando vió al perro quiso llevarlo para que le hagan algún examen que permita saber algo acerca del paradero de su padre y se fue sola por una zona boscosa que siempre recorren, que en un momento le salió al paso un sujeto que primero la arrastró hasta un lugar desolado. Luego de quitarle sus pertenencias la agredió y procedió a tocarla en sus partes íntimas.

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Martha Criollo señaló que el sujeto tuvo la intención de violarla porque le había bajado los pantalones, que nadie escuchó sus gritos pidiendo auxilio, que lo que atinó a hacer es orar y encomendarse a Dios, que eso le dio fuerzas para empujarlo y luego salir corriendo hacia la casa de una vecina. Allí con un grupo de moradires hicieron bulla y trataron de capturarlo, pero logró huir. (I)