Las filas de automóviles formados frente a gasolineras de diversas partes de México continuaban el martes por cuarto día consecutivo, mientras el gobierno seguía restringiendo el suministro a través de sus oleoductos con el fin de combatir el robo de combustible.

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha optado por distribuir el combustible en camiones cisterna en algunos estados occidentales y centrales, pero no hay suficientes camiones, y los oleoductos están plagados de grifos ilegales perforados por los ladrones de combustible.

El mandatario dijo el martes que las bandas de ladrones de combustible se han vuelto tan audaces _y que tienen tantas conexiones dentro de las refinerías_ que han estado robando gasolina y diésel directamente de las plantas.

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López Obrador dijo que los soldados enviados para vigilar depósitos y refinerías encontraron una manguera de tres kilómetros (dos millas) de largo que iba de una refinería a un tanque en el exterior.

Las autoridades informaron el lunes que desistieron de reabrir un oleoducto clave después de que se descubriera que la tubería tenía fugas de combustible en numerosos puntos.

Impaciencia en ciudadanos

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La paciencia está agotándose en algunas ciudades donde la gasolina llega solo en camiones cisterna y muchas gasolineras han tenido que cerrar.

También hay personas formadas con contenedores en la mano para comprar cantidades pequeñas de combustible, y algunas gasolineras limitaron la venta a entre 10 y 20 litros (2,5 a 5 galones) o menos.

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Al parecer las largas filas han comenzado a fomentar la reventa de gasolina por parte de individuos, algo que podría alentar ahora otro tipo de comercio ilegal de combustible, lo que López Obrador intenta combatir.

La Confederación Patronal de la República Mexicana dijo al periódico La Jornada que el desabasto de combustible “puede generar un fomento de la actividad ilegal”, porque mucha gente podría estar dispuesta a pagar más a los revendedores.

Redes clandestinas

López Obrador dijo que el robo de hidrocarburos representa pérdidas valoradas en 3.000 millones de dólares al año y que la organización es tan compleja que se ha establecido una red de distribución alternativa, clandestina e ilegal con sus propios depósitos.

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El mandatario dijo el lunes que algunas bandas de hecho edificaron bodegas sobre los terrenos de los oleoductos para instalar grifos ilegales en ellos. Cerca de los grandes proyectos de construcción, las bandas pueden montar puntos de venta para distribuir el diésel robado a los operadores de maquinaria pesada.

López Obrador dijo que en su primer mes al mando del país, ya ha reducido el robo su estrategia de desplegar al ejército para vigilar los depósitos de distribución y refinerías, y cerrar los oleoductos perforados.

El Partido de Acción Nacional (PAN), de oposición, dijo que el 84% de las gasolineras estaban cerradas en Guanajuato, un estado que gobierna, y que en Michoacán la cifra asciende a 90%. (I)