Tres confidentes del presidente Donald Trump, incluso su jefe de despacho saliente, han indicado que la emblemática promesa de su campaña de construir un muro en la frontera de Estados Unidos con México podría no ser cumplida en la forma en que se promovió.

Trump desató coros fervientes de “¡construyamos ese muro!” durante sus mítines antes y después de ser elegido y más recientemente citó la falta de financiamiento para levantarlo como la razón para provocar un cierre parcial del Gobierno. En ocasiones el presidente también ha aventurado la idea de que el muro pudiera ser cualquier tipo de barrera.

Sin embargo, el jefe de despacho de la Casa Blanca, John Kelly, dijo al periódico Los Angeles Times en una entrevista que Trump abandonó la idea de “un muro de concreto sólido al principio de su gobierno”.

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“Para ser honesto, no es un muro”, afirmó Kelly. Agregó que la mezcla de avances tecnológicos y barreras con “placas de acero” que el mandatario desea ahora en la frontera son el resultado de conversaciones con profesionales policiales.

En la misma línea, la asesora de la Casa Blanca, Kellyanne Conway, dijo que el debate en torno a la aparente contradicción es “una tonta discusión sobre semántica”.

En tanto, el propio Trump respondió en su cuenta de Twitter, como es habitual, y afirmó que la idea del muro de concreto nunca fue abandonada, pero aclaró que algunas áreas transitadas tendrán una cerca o una reja. (I)