Una mujer que iba acompañada de una menor de unos 12 años aprovechaba el domingo para rebuscar en el bolsillo trasero de un hombre que caminaba por la calle Chile, en plena Bahía de Guayaquil.

Ella se valía del tumulto para intentar robarle, pero el hombre se volteó cuando sintió la mano de la mujer. Ella se giró rápidamente y se metió en el callejón de la calle Manabí. Todo el tiempo estuvo con la menor de edad.

La escena ocurrió durante la mañana, en medio de una concurrencia masiva que buscaba hacer compras de última hora. Por eso, muchos compradores estaban atentos y habían asumido sus propias medidas para evitar robos.

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Con las mochilas en el pecho y sus celulares en las pretinas de los pantalones caminaban la mayoría de compradores que llenaban portales y estrechos pasillos de la zona de la Bahía.

Aunque la mayoría iba con ropa y calzado cómodo porque conocen la rutina de compra y regateo, había quienes iban con carteras y trataban de cruzar sus correas a través de sus cuerpos para evitar ser víctimas de los arranchadores.

Medardo Solís llevaba su billetera dentro de la mochila que portaba en el pecho. Iba con su esposa y dos hijos para comprar la ropa para Navidad y fin de año. Cada miembro de la familia iba con una mochila en su pecho para guardar la ropa.

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El hombre comentó que iban “pilas con los choros”. Su esposa iba adelante, en fila iban sus hijos y él iba atrás cuidando que nadie se desviara.

Otros compradores prefirieron no llevar carteras. Soledad Miño, por ejemplo, compraba ayer un vestido para su hija. Ella sacaba en dinero de un monedero que guardaba en su sujetador. Le despacharon la prenda y pidió una funda grande para ahí meter todo lo que iba a comprar. Ella indicó que ya tenía los $ 0,30 para el bus en su bolsillo y que su celular lo llevaba en la pretina por seguridad.

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Policías metropolitanos y policías del Grupo de Operaciones Motorizadas (GOM) recorrían las calles para resguardar esa zona que estaba llena de compradores.

“Nada de joyas o hablar por teléfono en los portales, si me llama alguien me meto a un local para atender”, dijo Clara Zambrano.

Ella buscaba muñecas para sus hijas y sobrinas y había recorrido varias cuadras buscando descuentos. También portaba una mochila en su pecho para las compras.(I)