Paul Manafort, exasesor político de Donald Trump y ahora en problemas legales, tuvo al menos dos reuniones con el presidente de Ecuador, Lenín Moreno y sus asesores, de acuerdo a reportes del diario The New York Times.

Según el periódico, a mediados de mayo de 2017, Paul Manafort, que actualmente es de los principales implicados en la investigación por la "trama rusa" relacionada a intromisión en las elecciones presidenciales en Estados Unidos, viajó a Ecuador para ofrecer sus servicios a un nuevo cliente potencialmente lucrativo: el nuevo presidente Lenín Moreno.

Aunque la intención inicial era ver si podía negociar un acuerdo mediante el cual China invirtiera en el sistema de energía de Ecuador, que le pudiera generar una comisión económica a Manafort, las conversaciones se convirtieron en un punto de conflicto diplomático entre Estados Unidos y Ecuador debido a la presencia del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, asilado desde 2012 en la embajada ecuatoriana en Londres.

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De acuerdo a la investigación de The New York Times Manafort y Moreno discutieron "su deseo de deshacerse de Assange a cambio de concesiones como alivio de la deuda del Ecuador con Estados Unidos, según tres personas familiarizadas con las conversaciones", cuyos detalles no se han informado anteriormente.

Dijeron que Manafort sugirió que podría ayudar a negociar un acuerdo para la entrega de Julian Assange a los Estados Unidos, que durante mucho tiempo lo ha investigado por la divulgación de documentos secretos.

El periódico británico The Guardian publicó que Manafort visitó a Assange en la Embajada de Ecuador en Londres en 2013, 2015 y 2016, encuentros que él negó.

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Jason Maloni, un portavoz de Paul Manafort, dijo que fue el presidente Moreno, no Manafort, quien abordó el tema y expresó "su deseo de sacar a Julian Assange de la embajada de Ecuador". El Sr. Manafort "escuchó pero no hizo promesas, ya que esto era auxiliar al propósito de la reunión ", dijo Maloni, y agregó: "No se mencionó a Rusia en la reunión", recoge The New York Times.

Hasta ahora no existe evidencia de que Manafort hablara con Moreno en nombre de Trump o que las conversaciones estuvieran relacionadas con una presunta implicación de WikiLeaks para colaborar con el triunfo del candidato republicano en las elecciones presidenciales de 2016.

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Tampoco se conoce si se habló de Rusia.

Como parte de las investigaciones por la "trama rusa", Manafort enfrenta más de una década en prisión por cargos que incluyen lavado de dinero, fraude fiscal, no informar cuentas bancarias extranjeras y manipulación de testigos.

Se intentó salida a Rusia

Los ecuatorianos continuaron explorando la posibilidad de la inversión china, pero cuando el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y las agencias de inteligencia intensificaron su búsqueda de Assange y WikiLeaks, el equipo de Moreno tornó a Rusia para resolver su problema de Assange.

En diciembre del 2017, el gobierno ecuatoriano le otorgó la ciudadanía a Assange y en secreto buscó un plan para proporcionarle un puesto diplomático en Rusia como una forma de liberarlo de su larga permanencia en la embajada en Londres. Ese plan se abandonó ante la oposición de las autoridades británicas, que insistieron en que arrestarían a Assange si abandonaba la embajada.

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El diario estadounidense señala que no hay evidencia de que Manafort estuviera trabajando con, o incluso informando, al Presidente Trump u otros funcionarios de la administración en sus conversaciones con los ecuatorianos sobre Julian Assange. Sus conversaciones con Ecuador terminaron sin ningún trato. (I)