Desde el chancho más comelón hasta la lucha en lodo entre dos contendientes fue lo que se observó el domingo 25 en la Gran Chanchada, evento municipal que se efectuó en Isla de Bejucal, parroquia perteneciente a este cantón riosense, ante más de 500 espectadores.

Reunidos en una plaza a la que denominaron chanchódromo, los asistentes disfrutaron de los distintos concursos. Hubo premios para el cerdo más veloz o el más comelón, o para quienes se impusieron en la lucha libre sobre lodo. Fue la cuarta edición de la Gran chanchada, que se complementa con un festival gastronómico en el que la fritada, el hornado o el caldo de salchicha son los platos fuertes, ya que por supuesto son preparados con cerdo.

El Municipio de Baba con el aval del Ministerio de Cultura y Patrimonio promovieron el evento, en el que también se presentaron grupos folclóricos, cuyos integrantes alegraron a los asistentes con coplas, amorfinos y contrapuntos.

Publicidad

La orquesta  La Sociedad, de la Isla de Bejucal, impuso su ritmo en la cálida tarde.

Fueron varios los comuneros que participaron en los diferentes concursos. Uno fue el del chancho ensebado, en el que jóvenes y adultos lucharon por agarrar un resbaladizo cerdo, ante la emoción del público.

Esta surte consiste en agarrar al cerdo y quien logre hacerlo se lo llevará a su casa. De ahí las frenéticas barras.

Publicidad

“El chancho encebado es una de las actividades más esperadas dentro de la chanchada, los concursantes usan la fuerza e inteligencia para salir vencedores en este acto”, mencionó el Municipio de Baba en su perfil en Facebook, donde posteó gráficas de la jornada.

En los demás juegos, los concursantes recibieron incentivos económicos.

Publicidad

En la lucha en lodo, dos mujeres o dos hombres se esforzaron por tumbarse y declararse ganadores, todo dentro de una piscina de lodo. Compitieron por demostrar quién tenía más fuerza y resistencia física.

Mónica Salazar, alcaldesa de Baba, dijo que retomaron esta actividad para revivir las costumbres ancestrales de pueblos riosenses, como fomento a la distracción y aporte para la preservación de estas tradiciones, “que son parte de un legado cultural” que se practicaba desde hace más de 200 años y fue rescatada en su gestión. (I)