El presidente Donald Trump puso fin a su feriado de Acción de Gracias en Florida de la misma manera que lo inició: tuiteando y jugando al golf en su club privado.

Trump se felicitó por la caída de los precios del petróleo al tuitear “gracias Presidente T” y fustigó a la Reserva Federal por las tasas de interés.

Reclamó a México que detenga las caravanas de migrantes centroamericanos que intentan llegar a la frontera con Estados Unidos. Dijo que sería “muy INTELIGENTE” por parte de México detenerlos “mucho antes de que lleguen a nuestra Frontera Sur o si los países de origen no permitieran que se formen”.

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Would be very SMART if Mexico would stop the Caravans long before they get to our Southern Border, or if originating countries would not let them form (it is a way they get certain people out of their country and dump in U.S. No longer). Dems created this problem. No crossings!

 Trump sostuvo, sin presentar pruebas, que “es un método para sacar a cierta gente de su país y echarla a Estados Unidos”.

También culpó a los demócratas por crear el problema y exigió, “¡No más cruces!”

La senadora Amy Klobuchar, demócrata de Minnesota, dijo en el programa “This Week” de la ABC que el presidente debería hacerse responsable de la situación.

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“Él controla la Casa Blanca. Su partido controla la Cámara de Representantes y el Senado, y les corresponde”, dijo y argumentó que Trump debería haber colaborar más estrechamente con los países centroamericanos para evitar las caravanas.

El mandatario estadounidense dijo el pasado sábado que los migrantes que soliciten asilo en EE.UU. desde la frontera sur del país deberán permanecer en México mientras esperan que sus pedidos sean procesados, aparentemente confirmando reportes de prensa sobre un acuerdo bilateral al respecto.

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"Migrantes en la frontera sur no tendrán permitido entrar a Estados Unidos hasta que sus pedidos sean aprobados de manera individual en la corte", escribió Trump en Twitter.

"Todos permanecerán en México", añadió, en momentos en que más de 5.000 migrantes, la gran mayoría hondureños, se encuentran en la mexicana Tijuana, fronteriza con San Diego, decididos a cruzar hacia el norte y pedir refugio con el argumento de que huyen de la pobreza y la violencia de las pandillas.

El diario The Washington Post había informado que el equipo del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, había llegado a un acuerdo de principio para que los migrantes que piden asilo permanezcan en México hasta que Estados Unidos resuelva cada caso. Pero poco antes de los tuits de Trump Olga Sánchez Cordero, quien será ministra de Interior desde que Obrador asuma el 1° de diciembre, negó la existencia de un acuerdo.

En otro de sus tuits, Trump detalló: "Solo aceptaremos a aquellos vengan a nuestro país legalmente. Aparte de eso, nuestra firme política es atrapar y detener. No liberarlos en Estados Unidos". "Si por cualquier razón se hace necesario CERRAREMOS nuestra frontera sur", agregó el mandatario.

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Un acuerdo bilateral para que los solicitantes de asilo permanezcan en México mientras la justicia estadounidense examina sus peticiones, representaría una importante victoria para Trump.

'Nos ve como un bicho'

Entre tanto, unos 5.000 migrantes, en su mayoría hondureños, esperan hacinados en un albergue en la ciudad mexicana de Tijuana, tras el agotador viaje.

Al llegar a las puertas estadounidenses, las caravanas se toparon con una fortaleza de entramados de púas y barricadas metálicas, vigilada día y noche por uniformados fuertemente armados.

Carolina Flores, hondureña de 38 años, lamenta la visión del mandatario estadounidense. "Él no es como otros presidentes, accesible con los migrantes. Él es cerrado", se queja.

"Nos ve como un bicho que va a ir a carcomer allá. Nosotros venimos por una oportunidad", zanja.

Según The Washington Post, las autoridades estadounidenses ven el posible acuerdo como un potencial avance para desalentar la migración.

El artículo cita a funcionarios de Seguridad Nacional que afirman que los oficiales de asilo de Estados Unidos comenzarían a implementar los nuevos procedimientos en las próximos días y semanas.

Los solicitantes de asilo recibirán una evaluación inicial para determinar si enfrentan un peligro inminente al permanecer en México, donde la violencia es generalizada.

Según la publicación, bajo el nuevo sistema, los funcionarios estadounidenses serían capaces de procesar al menos el doble de las solicitudes de asilo porque no estarán limitadas por el espacio de detención en los puertos de entrada a Estados Unidos.

Reclutando migrantes

Orlinda Morales, una hondureña de 31 años que espera en Tijuana, es optimista sobre el posible acuerdo: "Me parece muy bien porque ya no vamos a tener que estar en la hielera (un limbo). Conseguiremos trabajo aquí en lo que conseguimos el proceso para entrar legal a Estados Unidos", dice.

Las autoridades mexicanas instalaron recientemente una "feria del empleo" en Tijuana especialmente para los integrantes de la caravana, con el objetivo de integrarlos a la próspera industria manufacturera de la ciudad fronteriza.

Representantes de empresas están reclutando a los migrantes, quienes obtendrán una visa por razones humanitarias que les permitirá trabajar legalmente en México y tener acceso a la seguridad social.

Según el Washington Post, una de las reglas del supuesto acuerdo es que los solicitantes a los que se les deniegue la petición no podrán regresar a México, sino que permanecerán bajo la custodia de Estados Unidos hasta ser deportados a su país de origen. (I)