El papa Francisco nombró al arzobispo de Malta, monseñor Charles Scicluna, experto en la lucha contra la pederastia, en el influyente cargo de secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, informó este martes el Vaticano.

El religioso es conocido por haber investigado sobre los más graves escándalos de pedofilia que han azotado a la Iglesia, entre ellos el de dos poderosos curas, el chileno Fernando Karadima y el mexicano Marcial Maciel, ambos condenados ya ancianos por abusos sexuales cometidos a menores a lo largo de una larga trayectoria religiosa.

Scicluna asume el cargo en un momento clave para el pontificado, en el ojo de la tormenta por la catarata de denuncias en todo le mundo sobre abusos sexuales cometidos por religiosos y encubiertos durante décadas.

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El prelado, de 59 años, nacido en Canadá, tendrá la tarea de organizar y coordinar la cumbre de presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo, que se celebrará en el Vaticano del 21 al 24 de febrero de 2019 para abordar medidas concretas para la protección de los menores.

Conocido por sus posiciones a favor de las víctimas y verdugo implacable contra los abusadores, Scicluna estuvo a cargo en 2005 de la investigación contra el fallecido fundador de los Legionarios de Cristo, el mexicano Maciel, protagonista de uno de los mayores escándalos de pederastia en la historia reciente de la Iglesia, famoso por su adicción a las drogas y tener una doble vida con varios hijos.

El religioso fue enviado también a principios de este año por el papa a Chile para escuchar a los testigos que deseaban hablar sobre el caso del obispo chileno Juan Barros, inicialmente defendido por el papa y protegido de Karadima, lo que generó una serie de críticas y protestas contra el pontífice argentino.

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Scicluna terminó por jugar un papel clave para desenmascarar la red de abusos y encubrimientos montada por el sacerdote Karadima, quien fue por décadas entre los sacerdotes más influyentes de Chile y la Iglesia y terminó por ser expulsado de la iglesia a los 88 años.

Por diez años "promotor de justicia", en realidad fiscal del Tribunal del Vaticano, el prelado se ha convertido en un punto de referencia para el papa, quien se ha comprometido a aplicar la "tolerancia cero" con los religiosos pederastas.

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Su promoción dentro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el órgano encargado de investigar las denuncias que llegan de todo el mundo, abre la puerta a una reforma de la entidad sumergida por las denuncias. (I)