El presidente de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos inició la reunión nacional del organismo el lunes con el anuncio de que pasarán al menos varios meses antes de que se sometan a votación las medidas propuestas para enfrentar la crisis de abusos sexuales que remece a la Iglesia.

El cardenal Daniel DiNardo, de Galveston-Houston, dijo que el Vaticano pidió a los obispos que esperen hasta después de una reunión global sobre abusos sexuales convocada por la Santa Sede para febrero.

DiNardo expresó su decepción, pero dijo que “conservo la esperanza de que esta consulta adicional mejore en última instancia nuestra respuesta a la crisis que enfrentamos”.

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Los obispos, que estarán reunidos hasta el miércoles en Baltimore, esperaban analizar diversas medidas para combatir los abusos, un nuevo código de conducta para los prelados y la creación de una comisión especial que estudie las denuncias contra ellos.

Los obispos podrán discutir las propuestas, formuladas en septiembre por su Comité Administrativo, pero no votar sobre ellas en lo inmediato.

El cardenal Blase J. Cupich, de Chicago, propuso que se realice una asamblea especial en marzo para votar sobre las medidas después de analizar los resultados de la reunión global.

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Los escándalos afectan a la Iglesia Católica mundial desde hace décadas, pero este año se produjeron hechos salientes en Estados Unidos.

En julio, el papa Francisco destituyó al cardenal Theodore McCarrick cuando investigadores de la Iglesia dijeron que la denuncia de que manoseó a un monaguillo adolescente en los años 70 era creíble. Posteriormente, varios ex seminaristas y sacerdotes dijeron que McCarrick había abusado de ellos o los había acosado, lo que generó un debate acerca de quién pudo haber conocido y encubierto semejante conducta.

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En agosto, un jurado investigador en Pensilvania descubrió décadas de abusos y encubrimiento en seis diócesis, y sostuvo que un millar de niños habían sufrido abusos a manos de unos 300 sacerdotes.