Fue arrancada de la selva por cazadores furtivos y luego vendida como mascota en Puyo, Pastaza. Sin embargo, logró escapar de la casa donde la tenían amarrada, pero al no conocer el sector se paró en cables de electricidad y se electrocutó.

El mono capuchino hembra fue llevado de emergencia al bioparque Yanacocha, donde los veterinarios lograron salvarle la vida, pero perdió el brazo izquierdo. El primate no podrá regresar a su hábitat natural, aunque ha desarrollado comportamiento normal dentro de una manada.

Este tipo de casos son frecuentes en el refugio de vida silvestre que fue inaugurado en 2006. Hay desde lechuzas sin sus alas, un gallinazo rey con un ala fracturada de forma permanente que le impide volar grandes distancias debido a disparos de armas de fuego, un águila pechinegra con una pata torcida ya que sus captores nunca le curaron una fractura y tortugas charapas que son vendidas como regalo.

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Este gallinazo rey o cóndor de la selva (Sarcoramphus papa) recibió disparos en una de sus alas y ya no podrá volver a volar.

El centro, que no recibe fondos estatales, atiende animales rescatados por el personal del Ministerio del Ambiente y la Policía de Ambiente de Puyo, asegura el propietario de Yanacocha, Germán Flores.

“Este proyecto surgió de nuestra motivación de recopilar a los animales silvestres que eran comercializados de forma regular en Puyo. Casi todas las familias tenían un animal de estas características como mascota. Estaban enjaulados, amarrados y con una alimentación no adecuada”, dice.

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La nutria neotropical (Lontra longicaudis) habita en zonas con abundante agua. Es un indicador de la calidad del líquido.

Flores asegura que al principio fue duro levantar el refugio, que está ubicado en el kilómetro 3 de la vía Puyo-Tena, ya que no contaban con el conocimiento técnico ni con los recursos para mantener a los especímenes albergados.

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“Hemos invertido mucho dinero en la construcción de jaulas que se asemejan a sus hábitats naturales, corrales y la alimentación es diaria. Solo en comida gastamos $ 500 semanales”, sostiene.

Para recaudar fondos el zoológico tiene un programa de ecoturismo en el que cobra $ 3 a los turistas por la entrada, pero, según Flores, esto no alcanza para solventar los gastos mensuales. Por esto, estableció un sistema de voluntariado internacional a través de su página web http://www.yanacocharescue.org, en el que biólogos, veterinarios o personas comunes pueden venir al país para ayudar en la conservación de la flora y fauna silvestre que se encuentra en Yanacocha.

Actualmente Yanacocha cuenta con ocho voluntarios que en su mayoría son europeos.

“A ellos les damos unas facilidades de vida, hospedaje, alimentación, piscina, yacuzzi y dos áreas de internet para que puedan estar acá un mínimo de dos semanas hasta un máximo de tres meses”, explica Flores. 

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También se reciben donaciones en el portal web y las visitas al centro son promovidas por la Prefectura de la provincia a través de la campaña Pastaza: aventura, selva y tradiciones.

Los animales salvajes que todavía pueden ser reinsertados en sus hábitats reciben un tratamiento diferente para que no generen un apego al ser humano y luego son liberados en la reserva protegida Tamandúa perteneciente a Yanacocha y que fue creada en 2013 con un tamaño de cien hectáreas.

“Para que funcione todo el centro gastamos de $ 8.000 a $ 10.000 mensuales y sin contar los gastos extrapresupuestarios que se dan cuando nos llegan animales rescatados. Los programas de rehabilitación son costosos”, dice Jorge Flores, director ejecutivo del bioparque.

El chichico de manto rojo (Saguinus fuscicollis) es traficado con la finalidad de mantenerlo en cautiverio como mascota. 

Además, sostiene que han tratado de gestionar ayuda con el Estado, pero que la respuesta ha sido negativa.

“Se nos argumenta que Yanacocha es una institución privada y que por eso no puede existir apoyo estatal, pero en el país ninguna institución zoológica, centro de manejo, zoocriadero o centro de rescate recibe apoyo del Estado aunque cumplimos funciones del Estado al albergar especies que son víctimas del tráfico”, señala.

Los loros, tortugas charapas y motelo, serpientes y primates son los especímenes que más llegan al refugio. Según Flores, la mayoría de las especies salvajes de mamíferos y aves del Ecuador están en alto riesgo.

“Así como el país forma parte de los 18 países con mayor diversidad del mundo también es uno de los que mayor deforestación, tráfico de fauna y flora tiene”, asegura. (I)

DATO 

  • En el bioparque Yanacocha hay más de 270 especímenes de animales silvestres en ocho hectáreas de terreno. Además, existen 46 especies de animales entre aves, mamíferos, reptiles y marsupiales rescatados del tráfico ilegal.