Desde hace 25 años, Miguel Cachiguango y Marisol Tulcanazo cambiaron su vida de comerciantes e iniciaron la producción artesanal de tambores y maracas, objetos que gracias a la cultura mindalae del pueblo kichwa Otavalo se encuentran en países de todo el mundo, informa el portal elnorte.ec.

En un principio, el comercio de maracas, instrumentos que traían desde Baños, les abrió las puertas para iniciar con su emprendimiento que les ha permitido sostener a una familia de tres hijos.

La capacidad de replicar las artesanías se vio plasmada en esta familia. “Decidimos elaborar maracas y empezamos a comprar materia prima del Oriente. No fue difícil. Rápidamente pudimos darle nuestra propia característica al producto”, dijo Cachiguango.

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Las maracas que elaboraron tuvieron mucha acogida y lograron acaparar el mercado local e internacional, agrega elnorte.ec.

Miguel Cachiguango junto con su esposa, Marisol Tulcanazo, hacen tambores en su taller en el occidente de la urbe.

El éxito que tuvieron con su primer emprendimiento los llevó a empezar la elaboración de tambores. La idea la obtuvieron de unos artículos que se fabricaban en Natabuela. Usando tubos de PVC, cuero de chivo, paciencia y perseverancia lograron confeccionar estos instrumentos que también llenaron los puestos de los mercados artesanales.

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En las mejores épocas, la pareja tenía hasta diez personas que, junto con ellos, trabajaban en el taller, agrega el portal.

La producción era cuantiosa a tal punto que todos los martes y viernes tenían que ‘velar’, es decir, trabajar hasta la madrugada. En ese entonces sus principales clientes eran de Otavalo y personas que viajaban al exterior. Marisol Tulcanazo asegura que sus productos han sido llevados a países de América, Europa y Asia.

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Su trabajo era reconocido por todos en la Plaza de Ponchos de Otavalo. (I)