La naturaleza proporciona servicios valorados en unos $ 125 mil millones de dólares al año. Es una de las conclusiones del informe Planeta Vivo 2018 que el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) publica cada dos años. 

La edición actual hace foco en que condiciones básicas para la vida, como la salud o la producción de alimentos, dependen de la biodiversidad. "Los investigadores se preguntan si es posible continuar con el desarrollo humano sin sistemas naturales sanos", señala el documento. 

La percepción cultural de que la protección de la naturaleza es un asunto secundario frente al aumento del crecimiento económico, la generación de empleo o la reducción de la pobreza da cuenta del deterioro ambiental del planeta.

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Un ejemplo es la sobreexplotación de los océanos. Desde 1950 se han sacado de los mares del mundo casi 6.000 millones de toneladas (t.) de pescados e invertebrados. 

La captura anual aumentó de 28 millones de t. en 1950 a 112 millones de t. en 2014, último año del que hay datos compilados y completos. El incremento va de la mano con la demanda.

Desde 1800, la población mundial se ha septuplicado, pasando a los 7.600 millones y la economía es 30 veces mayor, dice el documento.

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Para el investigador marino Fernando Félix, la sobrepoblación es lo que más está afectando los ecosistemas marinos y terrestres.

En el caso de la pesca, la medición de la huella ecológica que deja es costosa y compleja, más aún en Ecuador, un país en vías de desarrollo.

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Una buena parte de la flota pesquera industrial nacional incluye observadores a bordo que verifican las capturas y hacen un seguimiento. El problema es que la información que recopilan no está siempre disponible para el análisis. "Hay que transparentar esa información, normativas hay muchas, pero el problema es el control", dice Félix.

De ahí que se complica determinar si realmente ciertas especies como los tiburones son capturados o no de forma incidental.

"En pesca usted pone una red con una línea de mil o dos mil anzuelos. ¿Qué espera que caiga? todo lo que pasa, yo puedo decir esto no es una pesca dirigida pero si la pongo en una zona donde hay tiburones pues caerán", agrega Félix sobre la política nacional que permite la comercialización de los escuálidos que sean pescados de forma incidental.

Ejemplares de albatros, en Galápagos. Estas aves son víctimas de la pesca con palangre. Foto: Cortesía de la organización WWF

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Si bien el informe Plantea Vivo 2018 hace foco en la flota industrial del mundo, el especialista afirma que en el caso de Ecuador hay que centrarse en la flota artesanal: "Esta tiene alrededor de  30 mil embarcaciones artesanales que no tienen observadores, la mayoría no están ni registradas, no hay un censo completo de las naves, de las artes de pesca usadas, ese es el principal problema para el país porque al menos los industriales tienen un mejor control".

60% menos de poblaciones de vertebrados

Al problema de la sobrepesca se suma la pérdida de hábitat en la superficie terrestre que tiene a más especies al borde de la extinción.

El informe de la organización WWF indica que hay una disminución del 60% en los tamaños de las poblaciones de las especies de vertebrados entre 1970 y 2014.

Esto es más pronunciado en América del Sur y Centroamérica con una pérdida del 89%. Un poco más de 25 000 especies de las más de 60.000 evaluadas están amenazadas, pero en el mundo se estima que hay 1,3 millones de especies conocidas, dice el documento. 

La agricultura es responsable de la mayor parte de la conversión de los bosques. Un estudio reciente sobre más de 19 000 especies de aves, anfibios y mamíferos determinó que la deforestación aumentó sustancialmente la probabilidad de que una especie llegara a formar parte de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza en las categorías de amenazada.

Los bosques lluviosos están desapareciendo: casi el 20% de la selva del Amazonas, conocido como el pulmón del planeta, ha desaparecido en solo 50 años, indica el informe.

Amenaza Global

Una cuarta parte de la Tierra está libre del impacto de la actividad humana. Se estima que al 2050 sea la décima parte del planeta.

Vista aérea de un camino sin pavimentar que divide un monocultivo de soya en Brasil. Foto: Cortesía de la organización WWF

El deterioro pone en riesgo la producción de alimentos porque hay menos abejas y otros polinizadores, lo que tiene a la biodiversidad del suelo en riesgo, argumenta el informe. (I)