Dos adultos y un adolescente fueron baleados el sábado pasado en tres sectores del sur de Guayaquil, donde se han registrado más de 54 asesinatos en lo que va del año.

Aunque las víctimas permanecen hospitalizadas bajo pronóstico reservado, la Policía indaga si habría alguna relación entre los ataques perpetrados en un lapso de cinco horas o si se trataría de casos aislados de ajustes de cuentas.

El primer caso se registró a las 16:30 en la cooperativa La Fuerza de los Pobres, en la isla Trinitaria. Moradores contaron que se escucharon varios disparos y luego los gritos de una mujer que pedía auxilio.

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El hombre que recibió un disparo en el abdomen visitaba a la mamá de su conviviente cuando supuestamente dos hombres en moto se le acercaron y uno de ellos abrió fuego.

Un testigo sostuvo que el herido se subió a su carro e intentó manejar al hospital, pero a pocos metros de la vía Perimetral. No obstante, él se habría chocado. De ahí, familiares lo subieron a un vehículo y lo trasladaron a una casa de salud.

La Policía ejecutó varios allanamientos buscando a los atacantes.

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Pocas horas después, cerca de las 21:00 en la cooperativa Juan Péndola, del Guasmo central, un hombre recibió dos disparos. La víctima manejaba una motocicleta, dijeron moradores, que aseguraron que de un auto celeste le dispararon y que la víctima cayó de la moto.

Luego de eso, según testimonios, un hombre bajó del carro y le volvió a disparar, pero el herido también disparó a su atacante. “Se subieron al carro y se fueron, todo pasó en la esquina del parque y la gente empezó a gritar y lanzarse al piso, habían muchas familias”, contó un hombre que vive cerca y que vio que una ambulancia llevó al hombre a un hospital.

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El último herido fue un joven colombiano de 16 años que departía con amigos en una vereda de la cooperativa Viernes Santo. Testigos aseguraron que un hombre le disparó en la cabeza. Fue trasladado a un hospital cercano. Ahí permanece en estado crítico.

Su abuela contó que sus padres intentaban cambiarlo de hospital, ya que supuestamente los médicos temían operarlo ante su grave estado.(I)