Los familiares del policía Franklin Álvaro Quinaluisa Chango, de 36 años, quien trabajaba en la Unidad de Antinarcóticos de Pichincha, acudieron ayer a la morgue de Ambato para realizar los trámites y retirar el cuerpo del uniformado que en la madrugada había sido hallado sin vida en un terreno baldío del sector Tres Esquinas del cantón Píllaro.

Quinaluisa, según parientes, había salido con un primo a un baile, pero al amanecer fue hallado su cadáver, cuyo rostro había sido tapado con tierra.

Las autoridades contactaron al familiar con el que salió, que habría indicado que estuvo con él hasta las 02:00 ingiriendo licor, pero sostuvo que él se retiró dejando al uniformado en un local.

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El cuerpo presentaba escoriaciones a la altura del pómulo derecho, sangre y tierra en la boca, y un golpe en el lóbulo de la oreja izquierda, según el reporte policial.

Además, tenía los bolsillos del pantalón hacia afuera. Sin embargo, la familia indicó que el crimen respondía a una venganza y no a un robo.

“Si le hubieran querido robar, le quitaban sus cosas y lo dejaban botado”, dijo Fausto N., primo del policía.

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Él manifestó que Quinaluisa tenía tres años de casado y una hija pequeña.

El uniformado vivía con su familia en Chagrapamba, de la parroquia Urbina. (I)