Por las paredes del actual museo etnográfico Cancebí, cuya principal composición está hecha a base de maderas como tangaré, guayacán y chanul, se guardan muchas historias que incluso rayan en mitos.

Lo cierto es que esta edificación de dos plantas, estructurada en 1918 cerca de donde las olas rompían lo que antes era conocida como la parroquia Manta, del cantón Montecristi, fue la residencia privada de Ramón Virgilio Azúa Carrión, un montecristense de raíces vascas, cuyos padres se asentaron en estas tierras en busca de progreso.

El nieto de lo que fue esta casa que mutó en varios negocios tras su construcción, Ramón Virgilio Azúa (igual que su recordado ascendiente), señala que desde aquí su ancestro multiplicó negocios de desmotadoras de lana de ceibo, sombrero de paja toquilla, tagua y además las primeras fábricas de hielo, galletas y fideos que contó Manta en la década de los 30 del siglo pasado.

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“Como todas las cosas, él tuvo una caída económica y esto fue subastado y esta casa tuvo varios posesionarios”, recordó Azúa nieto, quien además dijo que su pariente impulsó una especie de empresa eléctrica privada conocida como CIMA, que en 1961 tuvo que ceder al Gobierno.

Primero fue el hotel Aragón, del español Pedro Quiles; luego un libanés, José Habze, se hizo cargo; posteriormente Randolfo Sierra lo convirtió en el hotel Aragonés. La vivienda también estuvo en manos del empresario manabita Medardo Cevallos Balda, quien tras la crisis económica de 1999 tuvo que ceder esta propiedad a la Agencia de Garantía de Depósitos, después el Municipio de Manta la adquiere en el 2007 y luego de dos años de restauraciones se convirtió en el actual museo Cancebí.

Pero su construcción trae al argot popular anécdotas que alimentan aún su rica historia dentro del progreso de Manta. Luis Espinoza, del departamento de Cultura del Municipio de Manta, indicó que tras la rehabilitación por este cabildo, los guardias que custodiaban este local tuvieron que abandonarlo por minutos y cuidarlo a buena distancia por la presunta presencia de almas.

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Según relatos de personas, en la época que funcionó como hotel el actual museo Cancebí, una pareja se habría suicidado, y aquellas almas estarían aún en dicho espacio histórico.

Fue tanto el temor que incluso un sacerdote realizó una misa, con la cual, según Espinoza, bajó la incidencia de “presencias” en el museo que el pasado miércoles reabrió sus puertas. (I)

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Más datos
casa patrimonial

Mantenimiento
Para María Eugenia Molina, directora de Gestión Cultural y Patrimonio, esta es una de las casas patrimoniales emblemáticas con que cuenta Manta (de unas 30 aproximadamente), y que el municipio procedió a realizar un mantenimiento.

Objetos
Molina, quien fue Miss Ecuador, indicó que los visitantes encontrarán en el museo objetos relacionados o aditamentos ligados con la tradición montuvia y del cholo pescador, que en algunos casos han sido donados por familias manabitas.