El papa Francisco exhortó este miércoles a los obispos católicos que sueñen con un futuro libre de los errores y pecados del pasado, durante la apertura de una reunión internacional de líderes eclesiásticos, que coincide con la renovada indignación por el escándalo de abusos sexuales a menores y su encubrimiento.

El Papa Francisco abrió la reunión y llamó a sus líderes a no permitir que la fe de la nueva generación sea apagada "por nuestras propias fallas, errores y pecados".

Misa previa

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El pontífice argentino ofició una misa con los más de 200 sacerdotes, obispos y cardenales que viajaron a Roma para participar en el sínodo que, hasta el 28 de octubre, buscará proponer nuevas fórmulas para acercarse a los jóvenes católicos.

Francisco oró para que los obispos guíen a los jóvenes con su experiencia, pero a la vez que vuelvan a despertar en sí mismos en don del “sueño y la esperanza” que tienen aquéllos.

Pidió la ayuda divina para asegurar que la iglesia “no se permita de una generación a otra ser extinguida o aplastada por los profetas de la perdición y el infortunio, por nuestros defectos, errores y pecados”.

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Francisco no aludió en forma directa al escándolo, pero exhortó a los asistentes a “revertir situaciones de incertidumbre, exclusion y violencia a las que están expuestos nuestros jóvenes.

“Transformemos esos estados de ánimo que hoy nos paralizan, separan y alejan de los jóvenes, dejándolos expuestos en mares tormentosos, huérfanos sin una comunidad de fe que debería sustentarlos, huérfanos desprovistos de un sentido de orientación y significado de la vida”, dijo.

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En señal de la extraordinaria presión bajo la cual está la Iglesia debido a abusos sexuales en todo el mundo, el arzobispo Charles Chaput de Filadelfia llamó a la cancelación del 'Sínodo de jóvenes' para que el Vaticano pueda concentrarse en preparar otra reunión de obispos sobre la prevención de abusos sexuales.

El cardenal Joseph Tobin, arzobispo de Newark (Nueva Jersey), se quedó en su diócesis para lidiar con las consecuencias del escándalo, y el obispo holandés de Bolduque Robert Mutsaerts optó por el boicot, con el argumento de que el sínodo carece de credibilidad.

Más de 250 obispos de todo el mundo asistirán a la reunión de un mes con cerca de 40 jóvenes invitados para participar como observadores.

Por primera vez, dos de los obispos provienen de China después de un acuerdo histórico del Vaticano logrado este mes que mejoró los vínculos con el Gobierno comunista. Estallaron los aplausos cuando el Papa notó la presencia de los prelados chinos en su homilía durante una misa para decenas de miles de personas en la Plaza de San Pedro.

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Aunque el título oficial del sínodo es "Jóvenes, Fe y Discernimiento Vocacional", el escándalo mundial de abusos sexuales está como telón de fondo y muchos creen que será parte de la agenda informal de discusiones.

"Que el Espíritu nos dé la gracia de ser un recuerdo que es diligente, vivo y efectivo, que no se permita apagarse de una generación a la siguiente o ser aplastado por los profetas de la fatalidad y la mala fortuna, por nuestras propias fallas, errores y pecados", declaró Francisco en su homilía.

La Iglesia enfrenta crisis por abusos sexuales en países incluyendo a Chile, Alemania, Estados Unidos y Australia y el Vaticano sabe que tiene que ganarse a jóvenes desencantados.

El sínodo comenzó un día después de que un nuevo sondeo del Centro de Investigación Pew arrojó que la confianza en la forma en que el Papa está manejando la crisis por abusos sexuales se ha desplomado entre los católicos estadounidenses. (I)