Raúl Chicaiza, agente que perteneció a Servicio Nacional de Inteligencia (Senain), quien es uno de los procesados por el secuestro del político Fernando Balda, habría dado seguimiento a opositores del régimen de Rafael Correa en Panamá, según una publicación revelada por el diario La Estrella del país centroamericano.

Ya en junio del 2018, el mismo diario recoge una versión respecto a que el actual comisionado de los Derechos Humanos en Panamá Ricardo Bustamante señaló haber sido víctima de una intervención de conversaciones telefónicas que mantuvo con el expresidente Abdalá Bucaram, asilado en ese país. Ese seguimiento habría sido efectuado por personal de Inteligencia ecuatoriana.

‘Chicaiza aseguró que conoce otros casos que se dieron en Panamá', aseguró Bustamante.

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El caso que revela ahora el diario panameño es el del sargento retirado Fabián Arcos Pepinós, a quien el régimen de Correa señalaba como uno de los cabecillas de la revuelta policial del 30 de septiembre de 2010.

Bustamante ha relatado que en febrero de 2013 recibió una llamada de un amigo ecuatoriano con quien había realizado un curso de seguridad en Taiwán. Arcos le pedía ayuda porque consideraba que su vida corría peligro, por lo que Bustamante le dio instrucciones de salir de inmediato de Ecuador.

Ya en Panamá el militar retirado se percató de que lo estaban buscando. Buscó la manera de esconderse hasta que obtuvo un carné de refugiado en Panamá que evitaba la extradición.

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Su tranquilidad varió cuando supo que funcionarios del gobierno correísta habían allanado su casa y amenazado con darle de baja a su hijo, que era teniente, si no aparecía. Después de algunos meses, decidió regresar a Ecuador, en 2013.

Bustamante como comisionado de Derechos Humanos propició una reunión con el agente de inteligencia Raúl Chicaiza quien había sido enviado por Correa para lograr el regreso voluntario del sargento.

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Chicaiza, Bustamante y Arcos se reunieron varias veces en un hotel para negociar condiciones, como una condena mínima y una rueda de prensa para el regreso voluntario del sargento. Pero ninguno de los dos confiaba en el cumplimiento del acuerdo. Para reforzar las negociaciones llegó Pablo Romero, secretario de Inteligencia de Ecuador, con dos agentes más.

¿Cuál era su interés? Durante la revuelta del 30S, cuando un grupo de policías protestó contra una ley salarial, Arcos agarró al expresidente por la camisa y lo amenazó. Esa era la razón. ‘Correa tenía una obsesión con el sargento y quería tenerlo preso en el Ecuador', contó Bustamante.

Finalmente, en 2014 Arcos se entregó de forma voluntaria a un equipo que llegó a buscarlo en Panamá, en medio de la Operación Vegetal, que hace alusión a uno de los apellidos del sargento. ‘El servicio de inteligencia operó de manera clandestina en Panamá. Tenían meses de estar dándole seguimiento a Arcos', concluye Bustamante.

En enero del 2014, el juez de la Unidad de Flagrancia, David Jacho dictó prisión preventiva contra Arcos, exmilitante del partido Sociedad Patriótica y sargento del Ejército en servicio pasivo. (I)

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