Marchas, abrazos solidarios, ollas populares, ‘ruidazos’, una multiplicidad de protestas se suceden a diario en Argentina, algunas masivas y otras pequeñas, en una escalada del malestar social producto de la crisis económica y las medidas de austeridad.

“En nuestro barrio la gente está muy mal. Tenemos paciencia, mucha paciencia, pero ¿cuánto tiempo más va a pasar para que la angustia se vuelva bronca? Hay hambre y desesperación, los comedores (populares) desbordan”, dijo en una de esas manifestaciones Karina Ceballos, de 43 años.

Profesores y estudiantes protestan periódicamente por insuficiente presupuesto o en demanda de mejoras salariales. Otros contra los despidos.

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El 13 de septiembre habrá una gran movilización de docentes en Buenos Aires y para el 25 fue convocada una huelga general.

“Las condiciones están dadas para un estallido, pero falta un detonante, el caldo de cultivo se está construyendo. El próximo impacto inflacionario va a agravar la tensión social”, dijo el analista Raúl Aragón. (I)