Las entidades crediticias empezaron a desembolsar a la constructora para completar el costo de las casas desde abril pasado, pero recién tres meses después empezó el proceso de entrega de las viviendas. Sucedió en un proyecto habitacional del norte de Guayaquil.

Las familias pudieron cambiarse a sus casas a partir de julio, en medio de las obras que prosiguen dentro de la urbanización. El área aún no ha sido entregada al Municipio de Guayaquil. Los obreros calculan que los trabajos se extenderán hasta diciembre próximo, después de Navidad.

Especialistas en bienes raíces afirman que en los proyectos de urbanización la entrega de las casas debe ser inmediatamente después de que la institución financiera completa el pago de la vivienda. “Máximo una espera de hasta treinta días”, asegura Marcos Armijo, presidente del Grupo Mi Casa.

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Estas situaciones se dan en el mercado inmobiliario del país, reconoce Enrique Pita, presidente de la Cámara de la Construcción de Guayaquil (CCG).

En el caso de la urbanización La Perla, dice Andrés Fuentes, gerente comercial de la promotora inmobiliaria Prozonas, la entrega es inmediata luego de que la entidad crediticia completa el pago. Pero en forma general sí pueden darse retrasos por trámites municipales que tienen ciertas demoras, indica.

De ahí la importancia de que los contratos de compraventa que deben ser elevados a escritura pública estipulen penalidades de doble vía en las que el comprador reciba un descuento si se retira del proyecto o el vendedor pague una multa de llegarse a presentar algún atraso en la obra, según Pita.

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La CCG tiene previsto implementar una certificación de calidad para las constructoras e inmobiliarias y las firmas de servicios afines al sector. La idea es elaborar un listado de las empresas que acrediten realizar sus actividades bajo estándares de calidad y aseguren una satisfacción del cliente. Incluso, identificar a las compañías formales en el mercado que están en condiciones de dar confiabilidad. (I)