Tras culminar su mandato como presidente de El Salvador, Antonio Saca se dedicó a terminar la construcción de una casa con 15 habitaciones, canchas deportivas, bares, saunas, salón de belleza, sala de cine, gimnasio, jacuzzi, capilla... El costo fue de $ 8 millones, pagados con recursos del país. El exmandatario también salió de la casa presidencial con más de 35 frecuencias radiales.

Saca, que gobernó El Salvador entre 2004 y 2009, no pudo justificar el aumento en su patrimonio, fue procesado por enriquecimiento ilícito y luego de una investigación la Fiscalía lo detuvo en 2016. El expresidente primero negó las acusaciones y dijo ser perseguido político, registra en una publicación el portal Infobae.

Unas 35 residencias de Saca y su familia, más de 40 vehículos, locales comerciales, haciendas, estaciones de radio, entre otros, además de mansión fueron incautados por la Fiscalía.

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El exgobernante desvió decenas de millones de dólares del Estado para beneficiar a su familia, su círculo íntimo, a su partido, financió sus empresas radiales, pagó sobornos a periodistas, creó cuentas subsidiarias de la casa de gobierno para desde ellas sacar dinero a cuentas personales.

Según cifras de la Fiscalía, en los cinco años de gobierno, Saca habría desviado unos 300 millones de dólares.

Tras asumir la presidencia, Saca ya activó la polémica cuando decidió concentrar todo el poder y manejar al mismo tiempo la dirección de su partido Alianza Republicana Nacionalista, al que, según la Fiscalía, desvió $ 7,6 millones.

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Como locutor famoso en los años 80, Saca y su esposa empezaron a construir una empresa de radiodifusión, Samix, que para 1993 ya tenía varias estaciones.

En 2007, cuando Saca iba por la mitad de su mandato, Samix amasaba una fortuna con el dinero que llegaba desviado ilegalmente desde la Presidencia. En 2003, la firma reportó ganancias por $ 203.000; en 2007 la cifra subió a $ 3,2 millones.

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Ante los pedidos de prórrogas para ampliar la investigación, y al acercarse a los años de plazo que la ley salvadoreña da para la culminación de un proceso penal, la Fiscalía prefirió evitar llegar hasta un juicio y optó por hacer un trato. El pacto, que Saca recibe penas mínimas (5 años), confiesa su culpa y se compromete a devolver $25 millones, una décima parte de lo que la Fiscalía dice que se robó, cita Infobae.

En los últimos tres años tres expresidentes de El Salvador fueron procesados por corrupción: Francisco Flores (1999-2004) ya fallecido; Antonio Saca (2004-2009) y Mauricio Funes (2009-2014).

En la región, expresidentes como Lula da Silva, de Brasil, y Cristina Fernández, de Argentina, también son investigados por supuesta corrupción. (I)