Una lancha apareció de repente. De esta, unos hombres empezaron a disparar. Insultaban. Se llevaron cuatro motores.

Víctor H. T., un pescador que estaba el miércoles 15 en la ribera del Puerto de Santa Rosa, en Santa Elena, recordó así uno de los asaltos de los que fue víctima durante una faena.

Su suegro también fue víctima de robo a menos de 40 millas. Él perdió un motor que tenía tres semanas de haberlo sacado a crédito. Se quedó con esa deuda con una casa comercial.

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Al borde del malecón de Santa Rosa, ese miércoles de agosto hay algunas fibras en venta. Sus dueños han decidido venderlas y buscar otra actividad ante la inseguridad que acecha sus faenas.

Esta problemática no solo afecta a pescadores peninsulares, sino que se replica en otros puertos de la costa, donde los artesanos no solo han perdido motores, sino hasta la vida.

Unos llegan a reportar los casos a las autoridades, pero no siempre esos robos terminan en denuncias o si las hacen, no tienen un seguimiento.

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En El Oro hay seis procesos judiciales por robo y muerte a pescadores. El año pasado también hubo denuncias por asaltos. René Ormaza, fiscal de delitos acuáticos, señaló que muchas de las denuncias son archivadas porque los denunciantes no siguen el caso.

Los pescadores aducen que no se hace justicia y eso desanima a seguir los procesos. “Las autoridades dicen que se está combatiendo (la piratería), puede que en cierto sentido la estén combatiendo, pero luego de que se realiza la captura con motores, y con las armas, a los 8 o 15 días, jueces y fiscales les dan libertad, entonces de qué justicia hablamos”, dijo Simón Rodríguez, dirigente pesquero de Crucita y presidente de la Unión Provincial de Cooperativas Pesqueras en Manabí.

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Los pescadores reclaman la falta de patrullaje y controles y algunos hasta sugieren que la policía regrese al mar.

Esta compleja situación de inseguridad incluso ha empujado a que pescadores se vean inducidos por mafias para cometer actividades ilícitas, usando las lanchas para sacar alcaloides, admiten dirigentes.

Edwin Rojas, del gobierno parroquial de Anconcito, y Eduardo Macías, dirigente pesquero en Santa Rosa, estimaron que hay alrededor de 400 pescadores presos por el delito de tráfico de drogas, en centros privativos de libertad en Estados Unidos.

“Por necesidad mucha gente cae en esas redes, en la tentación, pero por qué proviene, porque no hay seguridad, la autoridad pesquera no da incentivos al pescador...”, manifestó Rodríguez.

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En Jaramijó, Manabí, se inició la campaña “Por un mar sin drogas”. Se ha conformado la Asociación de Madres y Esposas de Pescadores Artesanales detenidos en el extranjero.

Carlos Carrión, secretario de esta organización, indicó que solo en tres cárceles de Guatemala existirían 70 detenidos, de los cuales al menos unos 7 son oriundos de Jaramijó.

Jorge Costain Chang, subsecretario de Pesca, expresó que están trabajando con las mujeres de los detenidos en Centroamérica con fomento productivo.

“Damos capacitaciones a los pescadores artesanales para que vean a qué se pueden atener si llegan a eso”, detalló durante un conversatorio con el gremio en Guayaquil.

En el Puerto de Santa Rosa existe un cementerio de embarcaciones, sin motores fuera de borda; hay unas 600 de 1.500 que están operativas y el resto no genera fuentes de trabajo”.Eduardo Macías, dirigente pesquero

Botones de pánico se pretenden implementar

Jorge Costain Chang, subsecretario de Pesca, reconoció que existe un descontento del gremio de pescadores, pero reiteró que hay mesas de diálogo para las prioridades.

Entre ellas está el implementar al menos 7.000 equipos de botón de pánico, monitoreo satelital, en las embarcaciones de los pescadores sin ningún costo. Estará articulado al ECU 911 con la Armada y se gestiona para implementarlo este año.

Agregó, durante un conversatorio realizado esta semana, que en Santa Elena la propuesta es que los pescadores trabajen con motor estacionario para evitar los robos de motores fuera de borda.

Frente a los disturbios en Puerto Bolívar por parte de supuestos pescadores que reclamaban por la presencia de una flota bolichera en las ocho millas náuticas, el subsecretario de Pesca, Jorge Costain Chang, dijo que no fueron protagonizados por pescadores, sino que serían infiltrados.

Los pescadores señalaron que el recurso pesquero ha bajado. “Cuando salimos a pescar no encontramos casi nada de peces, todo porque la flota de bolicheros se lleva todo lo que encuentran, varios de nuestros compañeros están buscando otra actividad”, señaló Candelario Gracia, pescador de Puerto Bolívar. (I)