Un intenso sol acompañó este sábado a los miles de seguidores de la Virgen de El Cisne en su segundo día de caminata desde San Pedro de la Bendita hasta Catamayo, Loja. Una misa de despedida que se inició a las 06:00 y culminó, con la llegada a la iglesia María Auxiliadora de Catamayo, pasadas las 14:00.

Previo a ello, la imagen y sus custodios llegaron a las 09:45 hasta la hacienda Monterrey, en donde el gobernador Eduardo Jaramillo y los integrantes de la familia Hidalgo, dueña de la extensa propiedad, ofrecen alimento y refrigerio a los caminantes, mientras una misa es ofrecida por el párroco de Catamayo Hernán Ojeda, para el descanso y oración de los fieles.

El padre Armando Jiménez, junto a los denominados “gancheros”, se encargan de que la imagen esté visible, su urna limpia, su vestimenta bien colocada y la Policía en su lugar para evitar tumultos.

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La imagen salió, después de rezos y cánticos, pocos minutos más tarde de las 13:00 por la panamericana que conduce también al centro de este valle y en cuyo parque central se asienta la iglesia principal.

Los balcones fueron 'vestidos' para la ocasión, comercios y casas lucieron distintos a lo habitual.  “Es un día de fiesta. Estamos muy contentos de que nuestra Virgencita ya esté en nuestra tierra” dijo Jackeline Villavicencio, habitante del lugar.

Nuevamente se repitieron las escenas de llanto, dolor, angustia, pero también alegría y agradecimiento al paso de la imagen, que en esta ocasión vistió un traje color rojo al interior de la urna de aluminio y cristal. Los aplausos, flores en el aire, guirnaldas y banderines, constituyen el marco de bienvenida.

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En la plaza central junto a la iglesia, se preparó con anticipación un escenario con sonido, luces y un altar para las misas campales programadas frente a sus fieles hasta el lunes próximo muy temprano en la mañana cuando la imagen cumple con su tramo final.

Los portales de las edificaciones, se convierten entonces en el lugar de alojamiento de decenas de caminantes, familias, hombres, mujeres y niños de toda edad, en donde aprovechando sus techos, improvisan sitios de descanso.

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Muchos permanecerán en Catamayo hasta el próximo lunes 20. La iglesia que ahora es la “casa de la Virgen”, recibirá la visita de mucha más gente que llega de cantones cercanos o de la misma capital provincial, ya que se aprovecha días de no trabajar para “orar y estar en paz con Dios y con la mamita Virgen”, señala un feligrés.

El lunes en la mañana, la imagen, su personal de seguridad y sus fieles, retomarán el camino hasta Loja por una vía empinada, con algunas rectas prolongadas y cerradas curvas, pero también por caminos entre montañas. En ese tramo y en Loja, se espera que una mayor cantidad de gente  se una a la procesión. (I)