Con banderas y camisetas de Barcelona, cientos  de hinchas se congregaron anoche en el estadio Monumental para recibir los féretros de los 12 aficionados que murieron el domingo al volcarse el bus en el que retornaban de Cuenca tras ver el partido de su equipo.

En la multitud había  conmoción. Unos, a manera de tributo, caminaron  por la 9 de Octubre para tomar la calle Aguirre, la av. Barcelona  y dirigirse al estadio. Iban entonando los cánticos de las barras.      

En ese escenario se levantó una capilla ardiente, con arreglos florales y un enorme escudo de Barcelona. Allí había hinchas que habían colocado un listón negro en la base de un paso peatonal, uniéndose al dolor de las familias que perdieron a sus seres queridos y a los 32 que quedaron heridos.

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Era un profundo dolor que se sentía entre unos hinchas. Una sensación similar que se  percibió  más temprano, en   las calles 22 y Huancavilca.   De esa zona viajaron ocho  personas, de los cuales, tres jóvenes fallecieron:   Jair, de 17 años; Maikel, de 16, y Gregorio, de 15. Otros  dos  permanecen hospitalizados aún, uno de ellos en  estado crítico.

Se trata de Andy (de 14 años),   hermano de Gregorio, uno de los fallecidos. La tarde de ayer debía ser intervenido para colocarle clavos en una pierna.

Marcos Salazar,  padre de los adolescentes,  lloraba afuera de su casa, mientras sus vecinos y conocidos le daban el pésame.

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Él recordó que la noche del sábado sus hijos lo buscaron para contarle que se querían ir con la “gallada a apoyar al Ídolo” a Cuenca. Él mencionó que les advirtió que era peligroso y recordó haberles dado dinero para que comieran. Luego se enteró de que los jóvenes habían viajado.

La mala noticia llegó la tarde del domingo cuando un joven del sector que resultó  con heridas leves  logró llamar a su familia para contar que el bus del Señor de los Milagros había sufrido un accidente.  

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Salazar dijo entre lágrimas que alguien  tocó la puerta de su casa y  su corazón se rompió al escuchar que sus hijos se habían accidentado. La madre y abuela de los jóvenes  viajaron inmediatamente  a Cuenca. “Ellas ahora están con Andy, quien aún no sabe que su hermano murió”, manifestó. 

A dos cuadras de la casa de la familia Salazar viven los Esterilla. Ellos también están sumidos en el dolor. Andrés Esterilla sufrió la amputación de una pierna mientras que su pareja, Jenifer Tipán,  falleció. Ayer los vecinos comentaban que ella habría estado embarazada.

Otra pareja de Durán también  perdió la vida: Miguel Ángel Lozano y su esposa, Rocío Mendoza. Asimismo, el cerro del Carmen está de luto, un joven de esa zona falleció  y otros resultaron heridos.  

Ayer, la   Gobernación informó que  24 personas permanecían hospitalizadas, diez de ellos en el hospital regional. En el hospital Vicente Corral Moscoso hasta ayer habían sido  ingresadas 12 víctimas.   Según  Óscar Chango, gerente de la casa de salud, dos  fueron dados de alta, tres siguen en condiciones complejas y siete están en observación. (I)

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Testimonio de hincha  sobreviviente: “Antes de llegar a Cuenca el bus estaba falloso, se llenó de humo faltando 20 minutos para llegar. Esperamos una hora ahí hasta que se restablezca todo y de ahí ya llegamos a Cuenca. De ahí a la salida tomamos el bus  y ya no recuerdo  nada de eso porque iba dormido. Iban 45 sentados y 5 parados o acostados en el pasillo”.