El miércoles pasado, un equipo de laboratorio del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) de Quito tomó muestras de la momia de Guano para realizar “un análisis microbiológico que permitirá identificar agentes de deterioro y determinar un tratamiento de conservación para esta pieza icónica de Ecuador”, informó el organismo.

Primero se levantó una cámara alrededor de la urna para que solo el personal capacitado pueda ingresar y tener contacto con los restos humanos del religioso franciscano, señaló el portal laprensa.com.ec.

Después de desinfectar el área el equipo de laboratorio tomó muestras de tejidos textiles. “La momia tiene su vestimenta y por ella puede circular algún tipo de microorganismos”, señaló Mónica Sanunga, técnica de Turismo de la Jefatura de Turismo del Gobierno Autónomo Descentralizado Municipal (GADM) de Guano.

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Los técnicos también tomaron muestras de la urna de vidrio y el mueble de madera sobre el que reposa la momia, porque se conoce que los visitantes, a pesar de las advertencias, suelen apoyarse en ellos.

Los técnicos del INPC adelantaron que los resultados del estudio se conocerán entre 45 y 60 días. “Hacer los cultivos, los análisis lleva tiempo”, dijo Mónica Sanunga. La momia fue hallada en las ruinas del Monasterio de la Asunción, tras el terremoto de 1949.

El cuerpo de fray Lázaro de Santofimia, el primer guardián del Convento de Nuestra Señora de la Asunción de Guano, fue momificado junto con un pequeño roedor que le ha servido de compañía para la posteridad. (I)

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Más datos
Antigüedad

Quinientos años
En el cadáver de casi 500 años de antigüedad aún se pueden identificar sus rasgos faciales y sus extremidades, así como el rictus de incomodidad o dolor con el que le sorprendió la muerte.

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En especial
National Geographic la incluyó en su especial La ruta de las momias, cuya filmación en la provincia de Chimborazo ocurrió exactamente hace quince años.