Autoridades de México y Estados Unidos analizaban ayer los restos de un avión de la aerolínea Aeroméxico en busca de pistas sobre las causas de su desplome el martes pasado con 103 personas a bordo.

El director general de aeronáutica civil de México, Luis Gerardo Fonseca, aseguró que ya trabajan en el sitio del accidente. Representantes del fabricante brasileño de la aeronave Embraer y de los motores CF34-10E General Electric del avión también participaban en la investigación.

La aeronave, una Embraer 190 con matrícula XA-GAL, se desplomó la tarde del martes con 99 pasajeros (88 adultos, 9 menores, 2 infantes) y cuatro tripulantes (2 pilotos y 2 sobrecargos) poco después de haber despegado del aeropuerto internacional de Durango, sin provocar la muerte de ninguna de las personas a bordo.

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Segundos después de haber levantado vuelo, el avión sufrió un percance –según algunas autoridades relacionadas con el mal clima– y una de sus alas chocó con el suelo, lo que le hizo perder los motores y ser consumido por las llamas en un área boscosa cerca de la pista.

“El desempeño de la tripulación en el procedimiento de evacuación y protección de los pasajeros ha sido clave para evitar pérdidas humanas”, dijo Aeroméxico en un comunicado.

Hasta el mediodía de ayer unas 64 personas habían sido dadas de alta de los hospitales locales, precisó Aeroméxico, la aerolínea más grande del país.

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Pasajeros relataron que, tras el despegue en medio de una fuerte lluvia, el avión fue sacudido para después caer bruscamente. La mayoría de las personas a bordo pudieron salir de la aeronave por sus propios medios en medio de las llamas.

“Fue un milagro, porque cuando el avión se estrelló, todas las luces estaban apagadas y el humo empezó a entrar al avión, no podíamos respirar”, relató en redes sociales Ramin Parsa, uno de los pasajeros.

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Según BBC Mundo, de algunos reportes hablaban de que 80 de los pasajeros salieron heridos, la gran mayoría con lesiones leves como el tobillo hinchado de Jaqueline Flores, quien nació en Durango y vive en Colombia, una de las pasajeras que al saltar del avión desde un orificio en el fuselaje con su hija de 16 años.

Sin embargo, dos personas sí tenían heridas graves. Uno era el piloto, Carlos Galván, que fue sometido a una cirugía de columna, y una niña que resultó con quemaduras en el 25% de su cuerpo.

Guillermo Galván, director de Transponder 1200, medio especializado en aviación, dijo a BBC Mundo que este era el peor accidente de avión comercial en México desde 2008. (I)