Arturo Damm, un economista, profesor universitario y filósofo mexicano, autor de 18 libros, entre ellos El orgullo de ser empresario, llegó a Guayaquil invitado por la Cámara de Comercio para romper los dogmas que apuntan a la desvalorización del empresario.

¿Cómo nota el ambiente empresarial en Ecuador y la región?

En toda la región enfrentamos un serio problema que es el no tener claro qué función desempeña el empresario en el contexto del progreso económico.

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¿Y qué es lo que se piensa?

Que tiene que ver por algo del gobierno, como de lo que el gobierno haga o deje de hacer dependiera el progreso económico, lo cual no es así.

¿Y cómo define usted el progreso económico?

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Como la capacidad para producir más y mejores bienes y servicios para un mayor número de gentes, ¿y de quién depende esa capacidad?, del empresario. Puede haber empresas gubernamentales que también produzcan bienes y servicios, sí, pero están actuando como empresas, no como gobierno.

En Ecuador los empresarios se quejaron durante 10 años de supuestos maltratos del gobierno anterior.

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Hay varias consideraciones que hacer: cuánto le costó a Ecuador en términos de progreso económico esos 10 años de agresión; cuántas inversiones directas no dejaron realizarse en Ecuador por ese entorno, con qué enjundia defendieron los empresarios sus derechos, cómo fueron representados; no sé cuál sea la respuesta para el Ecuador.

¿Cómo revertir la mala imagen que esto dejó?

Primero con el ejemplo de vida, se tiene que cumplir con la ley; pero qué hacer cuándo las leyes son injustas.

¡Pero hay que cumplirlas!

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Sí, pero hasta cierto punto, porque si realmente es una ley injusta hasta dónde debes aguantar. Los empresarios tienen que esforzarse por aclarar cuál es su función(...) son los que invierten para producir bienes y servicios, para crear empleos, para generar ingresos.

¿Cuál es la meta del empresariado en adelante?

La meta tiene que ser que se les deje trabajar, eliminar las trabas, los obstáculos, los lastres, lo cual no resulta fácil porque hay mucha gente que cree que el empresariado es un mal necesario y entonces hay que regularlo, no dejarlo que haga, y yo sí creo que una función de los empresarios es ganarse el favor de los consumidores... (I)