Tras doce años las elecciones mexicanas coincidían otra vez con el Mundial de Fútbol y teniendo a Andrés Manuel López Obrador como favorito. En 2006 perdió por poco y ayer, hasta el cierre de esta edición, no se sabía si la historia cambiaría para el veterano político en su tercer intento de llegar a Los Pinos.

Como era de esperar, los centros de votación se abrieron a la ciudadanía a las 08:00 sin ninguna novedad. Solo diez puntos de todo el país, según medios mexicanos, abrieron tarde.

Los mexicanos hacían largas filas ayer para elegir un nuevo presidente, muchos de ellos cansados de años de corrupción y violencia y buscando un cambio profundo como el que promete el favorito de izquierda, López Obrador, sobre Ricardo Anaya, del PAN, y José Antonio Meade, del PRI.

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“Que nos cumplan con las promesas que nos han hecho, sobre todo la inseguridad, la corrupción en primer lugar, estamos defraudados de los políticos”, dijo Javier Cruz, jubilado ferrocarrilero de 76 años, quien hacía fila en una céntrica colonia en la capital a la espera de poder votar.

Como él, muchos creen que los gobiernos previos han dejado asignaturas pendientes: la impunidad, violencia ligada a los carteles de droga, el austero ritmo económico y la pobreza que sofoca a casi la mitad de los 126 millones de mexicanos.

Aunque el voto no es obligatorio en México, había largas filas de ciudadanos esperando sufragar en casillas en Ciudad de México, en Villahermosa –capital del estado sureño de Tabasco, en donde nació López Obrador– y en la ciudad fronteriza de Tijuana.

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“El tema principal fue la corrupción. Ya no hay límites, antes había corrupción pero hoy está atada en todos los niveles”, dijo Gerardo Ismerio, contador de 40 años, quien votó por AMLO en la colonial ciudad Morelia, al occidente del país, aunque dijo que no creía en ningún candidato.

Hasta el final Anaya y Meade seguían pidiendo el voto útil a favor de ellos, algo que causaba confusión en algunos electores porque la diferencia entre ambos era mínima, aunque Anaya estaba por encima en la mayoría de encuestas, pero a más de 20 puntos de AMLO.

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“Seguimos pensando el voto, no tuvimos muchas opciones esta vez pero hay que votar”, dijo Ramona Conde, mexicana que reside cerca de Los Ángeles, California, pero que cruzó la frontera desde muy temprano para votar en Tijuana.

“He sido panista toda mi vida, pero no estoy de acuerdo con nuestro candidato, desgraciadamente hemos perdido la esencia con la derecha de la mano con la izquierda. Sigo pensando por quién voy a votar”, indicaba Conde, de 47 años.

“Se necesita una persona que esté preparada, que ya haya tenido experiencia (en el Gobierno) y sepa cómo manejar las cosas con Trump”, decía Andrés Campos, un comerciante de 51 años, quien acudió a votar por Meade con su esposa en Nezahualcóyotl, una popular zona en el Estado de México, vecino de la capital.

Según el Instituto Nacional Electoral (INE) de México, estaba previsto que la jornada electoral cerrara a las 18:00 y se esperaba un conteo rápido oficial para las 23:00. (I)

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Datos
La más grande

Amenazas y muerto
Son las elecciones más grandes en la historia de México. Se escogían más de 3.400 cargos, entre diputados, senadores, gobernadores y alcaldes. En la previa, el sábado, aparecieron en Acapulco telas con amenazas de que quien encauzara el voto a favor de algún partido sería asesinado. Además, una persona murió en enfrentamientos de partidarios del PRD y el PRI en Tabasco.