Miles de manifestantes furiosos con la política migratoria de EE.UU. marcharon ayer por todo el país para protestar por las separaciones de familias en la frontera, realizadas bajo la línea dura impuesta por el presidente Donald Trump.

La manifestación ‘Las familias deben estar juntas’ en Washington comenzó en Lafayette Square, donde se congregaron multitudes justo enfrente de la Casa Blanca, antes de marchar hacia el Congreso.

En Nueva York, familias, jóvenes, niños y ancianos –tanto recién llegados como ciudadanos de larga data– marcharon bajo un sol abrasador como parte de una protesta que, según un agente de Policía, reunía a “un par de miles” de personas. “Dígalo alto, dígalo claro, los refugiados son bienvenidos aquí”, coreaban.

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Una banda de percusionistas aumentó el fervor de una multitud que portaba carteles que, por ejemplo, decían: “Nuestra Nueva York es una Nueva York Inmigrante” y “Sin jaulas, sin prohibiciones, sin muro”.

“Suprimir el ICE”, rezaba otro letrero, reflejando los crecientes pedidos de activistas de eliminar la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas.

En un intento por detener el flujo de decenas de miles de migrantes en la frontera sur de EE.UU., Trump ordenó en mayo el arresto de adultos que ingresen al país ilegalmente, incluso aquellos que solicitan asilo. Como resultado de la represión ordenada, dos mil niños fueron separados de sus familias. Se decretó una orden para unir a las familias, pero especializados en inmigración dicen que el proceso de reagrupación será largo y caótico. (I)