La Policía alemana informó este miércoles que investiga 21 muertes de trabajadores de una empresa en el oeste de Alemania ocurridas desde el año 2000 bajo la sospecha de que otro de los empleados los envenenara a través de sus bocadillos.

Los trabajadores de la empresa de la localidad de Schloss Holte-Stukenbrock fallecieron antes de jubilarse, anunció la Fiscalía y la Policía. Muchos de ellos murieron de ataques cardíacos y cáncer.

Desde mayo de 2018, un empleado de la empresa, de 56 años, se encuentra en prisión preventiva por intentar matar a un compañero en el almuerzo con un polvo tóxico. El sospechoso fue detenido gracias a unas grabaciones de vídeo después de que un colega notara un polvo sospechoso en la parte superior de su pan y avisara a su supervisor.

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El sospechoso, que, según su jefe, fue "visiblemente discreto" en la empresa durante 38 años, guarda silencio sobre las acusaciones y sigue sin conocerse el motivo que le empujó a esparcir supuestamente el veneno. Los investigadores encontraron sustancias en su apartamento a partir de las cuales se pueden elaborar sustancias tóxicas, como el mercurio, el plomo y el cadmio.

Según un informe preliminar de la Oficina Estatal de Policía Criminal, se cree que el acusado esparció acetato de plomo tóxico sobre el pan. La cantidad era suficiente para causar daños graves a los órganos, indicaron.

De momento, la sospecha de intoxicación por metales pesados ya ha sido corroborada en dos enfermos graves de la empresa, uno de ellos se encuentra desde hace un tiempo en coma y el otro en tratamiento de diálisis. Pero la gran pregunta ahora es: ¿Hubo un envenenador sin escrúpulos en la compañía durante años? (I)