La rehabilitación del llamado Palacio de Najas, sede de la Cancillería, requerirá de un total de $ 420.010. Los trabajos concluirán a mediados de julio y una parte del inmueble será abierta a la ciudadanía.

La inversión proviene de dos fuentes: $ 272.010 del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) de Quito y $ 148.000 de la Cancillería. La edificación fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, el 8 de septiembre de 1994.

En los salones y con la contratación de 40 obreros, el IMP se encarga del mantenimiento y cambio de entrepisos, el mantenimiento de ventanas y puertas y la pintura interior, de la reparación y cambio de color en la cubierta, y de reemplazar el cerramiento de mampostería con uno metálico liviano que permita la vista pública.

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Álex Monge, especialista del área de Dirección de Activos en el Exterior, dijo que el IMP hizo investigaciones y se encontró que en la época predominaban los colores rojizos, por ello la cubierta pasó de verde a rojo.

Y, en los jardines, el Instituto amplía la superficie con la reducción de parqueaderos de 86 a 6 unidades y la creación de la plataforma de piso duro para esparcimiento y exposiciones.

En tanto, la Cancillería asume la renovación de 68 cortinas y 15 alfombras; y los trabajos de restauración del mobiliario, apliques, y otras cosas.

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La alfombra más grande, con cerca de 150 metros cuadrados (9 de ancho por 16,5 de largo), que será colocada en el Salón de los Próceres, es de elaboración artesanal y proviene del cantón Guano (Chimborazo). Cinco miembros de la familia Colcha, que en el 2014 obtuvieron un reconocimiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) a la excelencia artesanal, se encargan de su elaboración.

Laura Colcha señaló que es “un orgullo” para su familia la elaboración de algo que quedará como patrimonio cultural en la Cancillería. El diseño de esta alfombra se basa en las formas de plantas nativas endémicas del país y combinará colores azules, naranjas, rojos, blancos, grises y ocres.

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Las cortinas se confeccionan a máquina con un diseño llano y, en las borlas, tendrán un medallón con el escudo nacional.

La decoración ornamental de los jardines estará a cargo de la Empresa Pública de Parques y Jardines. Habrá hebes moradas y verdes, primaveras, durantas verdes y bicolores, fucsias nativas y bolivianas, y en árboles: arrayán, jacarandá, podocarpus y choroyuyo.

El Palacio de Najas fue adquirido por el Estado hace 75 años. Tiene ese nombre en honor a su último dueño privado, el comerciante libanés Josep Constantino Najas, cuya esposa Susane Delavelle se encargó de la decoración de la casona con un estilo francés propio del siglo XIX. Antes de la adquisición de este inmueble, la Cancillería no tenía un lugar fijo para establecer sus oficinas, ni eventos.

Edwin Johnson, embajador de carrera del servicio exterior, reseña que este Palacio fue comprado en la Presidencia de Carlos Arroyo del Río en 1943. Antes fue residencia de tres mandatarios: Alberto Enríquez Gallo, Federico Páez y Aurelio Mosquera Narváez.

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Este último se suicidó dentro de la casona, según la investigación de Cancillería. (I)

80
Años se prevé que duren alfombras hechas por artesanos.

Detalles
OBRA

Rendición de cuentas
La rehabilitación del Palacio de Najas fue expuesta como uno de los logros de la canciller María Fernanda Espinosa, en su año de gestión, antes de renunciar al cargo para encargarse de la Presidencia del 73 periodo de sesiones de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Convenio
El Convenio que da paso a la rehabilitación del inmueble se firmó en noviembre del 2017 entre el Municipio de Quito, el Instituto Metropolitano de Patrimonio y el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana.