Está seguro de que cuando alguien contrata un perito “es para saber la verdad”, así las conclusiones le desagraden. No da ningún detalle sobre su investigación y cuenta que su presencia en el país fue para contar qué pasó con la pericia que hizo sobre la muerte del general Jorge Gabela, en el 2010. Su deseo es que con su relato a la Fiscalía General haya justicia.

¿Qué pasó después del 8 de julio de 2013 tras entregar el informe final?

Elaboro un oficio destinado al ministro de Justicia diciendo que entregue este informe. El comité se reúne. Hacen observaciones que no tenían que ver con modificar el contenido. Eran cuestiones formales, el 16 de agosto y 23 de agosto, las absorbo, y les envío el informe final. Ellos evalúan, aprueban en consenso. Dan la orden verbal a Jéssica Jaramillo (exfuncionaria del Ministerio) a que se proceda al pago. Esa acta de entrega se elabora el 2 de septiembre. Ahí concluye el trabajo, pero me quedo por pedido de la Comisión a preparar presentaciones para el presidente de la República (Rafael Correa), aguardando un espacio en su agenda, que nunca se dio.

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¿Qué eliminaron del informe?

No está mi informe final. No tiene mi firma. Tengo 18 años de profesión, ¿cree que puedo entregar un informe de esa naturaleza, a sabiendas de lo que implicaba el caso Gabela, sin firma ni sumilla y con una conclusión que contradice todo el proceso contractual?

Antes de venir, usted denunció intimidaciones. ¿A qué se enfrenta?

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A personas muy poderosas. Tengo miedo, pero esto me dio coraje para enfrentar.

¿Qué lo motivó a venir?

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Vine a dar la cara. Vine a decirles a todos que entregué el informe final. Para mí podía haber sido fácil no venir y quedarme en Brasil. (I)