Un día después de la nueva suspensión de las mesas de diálogo entre el gobierno de Daniel Ortega y la sociedad civil, y cuando se cumplen dos meses de inestabilidad y protestas, la represión se recrudece en lugares como Masaya, 25 kilómetros al sudeste de la capital de Nicaragua.

Según informó ayer el director de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos, Álvaro Leiva, tres personas murieron y más de 40 resultaron heridas a manos de fuerzas policiales y paramilitares que pretenden retomar el control de esa tradicional localidad ocupada por manifestantes antigobierno desde hace más de tres semanas.

Desde la madrugada de ayer, fuerzas afines al Gobierno comenzaron a quitar los bloqueos viales que existen desde hace más de tres semanas entre Managua y Masaya con el argumento de que los manifestantes tienen ‘secuestrada’ la ciudad.

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Desde el 19 de abril, más de 170 han muerto en manifestaciones de protesta contra el presidente Ortega.

Aunque la Iglesia católica está intentando mediar entre los distintos grupos de la sociedad civil y las autoridades, el diálogo volvió a romperse esta semana porque el Gobierno no acepta que expertos internacionales lleguen para verificar la situación de los derechos humanos, tal y como se había comprometido a hacer el pasado 15 de junio. (I)