Libros que datan de los siglos XIX y XX aún se mantienen entre estanterías en la biblioteca Pedro Elio Cevallos, de Portoviejo, en la que se guardan celosamente unos doce mil textos que soportaron en el 2016, al igual que muchos, un terremoto de magnitud 7.8 en la escala de Richter.

Ese sismo hizo que unos 3.000 libros se perdieran o destruyeran en su mayoría, algunos de ellos ya se encontraban en proceso de darles de baja, indicó Beatriz Chonlong, directora de dicha biblioteca, que actualmente brinda atención en la calle Chile.

En la actualidad algunos textos se encuentran en un proceso de adecuación, varios presentan daños, que narran en sus páginas cuentos, fábulas o historias de Manabí y de carácter científico o de consulta.

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Textos como la Guía Comercial Agrícola e Industrial del Ecuador, que fue publicada en las primeras décadas del siglo 20 muestran fotografías de algunos cantones del país e incluso presenta un mapa de Ecuador, incluyendo vastas zonas que ahora pertenecen a Perú.

De los 12.000 libros que posee actualmente la biblioteca portovejense, unos 250 son patrimoniales, es decir, que datan de épocas en que Portoviejo recién había sido reconocida como cantón perteneciente a Manabí.

En la actualidad se verifica un inventario de textos para seguir rescatando algunos libros que por presencia de hongos empiezan a perder hojas o comprometer su composición.

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“Nuestro medio es un clima húmedo y eso tiende a que el libro pueda adquirir algún tipo de hongo por la humedad, por eso siempre estamos en proceso de revisión”, comentó Chonlong.

Programa

El rescate de libros no es el único compromiso que se promueve desde este centro que fue creado en 1909, pues desde hace cuatro años se impulsa la iniciativa el programa ‘La biblioteca va a la escuela’, que en la actualidad beneficia a alrededor de 1.500 estudiantes de planteles de las zonas urbanas y rurales.

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El objetivo fundamental, expresa Chonlong, es la de motivar en los niños de edad escolar a adquirir el amor por la lectura, así como a desarrollar su imaginación a través de la lectura con textos adecuados.

“Además la lectura se la hace con actividades de recreación para que los niños no se aburran, buscamos entregarle textos muy atractivos”, declaró Chonlong. (I)