“La integridad personal”, “el principio de independencia”, “la libertad”, respondieron tres jueces respecto al bien más preciado que han puesto en riesgo al prestar servicio en unidades judiciales de El Empalme (Guayas) o Quinindé (Esmeraldas).

Los hechos de terrorismo registrados en la frontera norte a partir del 23 de enero pasado, cuando explotó un carro en la parte posterior del Comando Policial de San Lorenzo (Esmeraldas), más la muerte de militares, secuestros, asesinato de tres integrantes de El Comercio, motivaron al Consejo de la Judicatura (CJ) a capacitar sobre temas de seguridad a jueces y otros funcionarios judiciales.

Cerca de 25 servidores de judicaturas de Esmeraldas, Carchi, El Oro y Sucumbíos, más personal de El Empalme, pues en ese cantón del Guayas habría casos de presiones contra jueces, estuvieron en las primeras charlas virtuales.

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Cultura de seguridad para funcionarios en puestos sensibles, aprendizaje de entornos para identificar situaciones críticas y herramientas para análisis del entorno interno y externo de servidores, fueron temáticas abordadas por el capitán Freddy Sarzosa, experto en gestión de riesgos, y el consultor Ricardo Camacho.

Sarzosa señaló que el nivel de violencia ha aumentado por la aparición de nuevos delitos y perfeccionamiento de otros. Instó a un cambio de mentalidad, incluso de la vida personal, como no difundir en redes lo que hacen ellos o familiares.

El lunes próximo se cumplirá un mes de que la CJ propusiera crear una unidad y un tribunal especializados en la lucha contra el crimen organizado, con sede en Quito. La Corte Constitucional definirá si su creación es legal y constitucional.

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En San Lorenzo, la esposa de un juez recibió una amenaza de muerte a través de una llamada telefónica; otro juez que atendió una llamada escuchó hablar de tráfico de drogas y la afectación a las vuelticas que realizan los juristas.

La jueza de El Empalme señaló que impone la ley con dureza en casos de delincuencia organizada y que ha sido amenazada. Contó que hace un mes, cuatro sujetos que iban en dos motos la interceptaron para decirle que la matarían.

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“Estas amenazas no me intimidan, pero sí pienso en mi seguridad personal y la de mi familia. Hoy tengo un guardia las 24 horas, siete días a la semana, pero prefiero no salir ni a la farmacia y mi familia por seguridad no viene a visitarme”, recordó la jueza multicompetente. (I)