En el interior de un aviario especial permanece Tubón, un águila harpía que mañana podrá ser observada por los visitantes que se acerquen al Parque Histórico de Guayaquil a celebrar el día dedicado para esta ave.

Tubón es un ave adulta, de al menos 25 años. Llegó al parque en el 2001 tras un decomiso de especies. A pesar de que ocupa un espacio para ella sola, tiene dos vecinos de su misma especie. Son Coco y Huao que viven en un área de 20x20 metros.

Susana Córdova, directora de Parques y Espacios Públicos de Inmobiliar, expresa que estas aves son grandes (un metro de altura y 2 metros de envergadura de sus alas) y necesitan gran espacio para volar.

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Por ello es complejo que los visitantes la vean con frecuencia muy cerca. Solo por la jornada de mañana, Tubón podrá estar a pocos metros.

Agrega que el fin es que adultos y, sobre todo, los niños vayan a conocerla, sepan que es una ave representativa del país. En este parque nació el primer pichón de águila harpía hace más de una década y ese ejemplar hoy está en el Zoológico Arenillas.

Estos tres individuos que son considerados de la especie de ave rapaz más rápida, también representan una especie en estado vulnerable. Su hábitat es el bosque tropical por lo que están adaptados al clima costero.

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Édison Herrera, su cuidador hace 16 años, se coloca guantes, botas, casco y otros instrumentos de protección para ingresar al aviario a limpiar y darles de comer junto a cinco cuidadores.

Su dieta diaria consiste en un cuy entero de 3 libras, si el animal es de menor peso le añaden trozos de carne de res o de caballo, detalla su veterinaria Ana Piña.

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“Debemos ser ágiles y estar atentos al ingresar porque si esa ave te agarra ya no te suelta. No hemos tenido inconvenientes. No están a la defensiva, ya nos conocen”, dice.

Cuando Herrera se vuelve a acercar a la jaula para verificar que haya comido, Tubón hace un sonido agudo como alertando que se aleje de su comida, interpreta el especialista en su cuidado.

Coco y Huao permanecerán mañana en su aviario normal. Ellos llegaron al parque a partir del año 1999, como aves adultas, de al menos unos 10 años. Ahora ya tendrían 29. Su expectativa de vida es de 40 años en cautiverio, explica Piña.

“Viviendo en su hábitat natural la expectativa de vida es de 30 años debido a los depredadores, escasez de alimentos, entre otros factores”, detalla la mujer, que cada 6 meses ingresa protegida y con una malla a atrapar a esta ave con ayuda de los cuidadores para evaluar su salud.

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Agrega que Coco y Huao son los padres de una de las primeras crías nacidas en cautiverio, que está en Arenillas. Allá también está la hija de Tubón.

Adicional a los cuidados de alimentación, Piña dice que se cambian las plantas, y maderas de las jaulas.

Otros sitios donde también se puede visitar este tipo de ave son el Parque Cóndor, en Imbabura; en el Zoo Pantanal, en Guayas; en el Zoológico Arenillas, en El Oro; en la Reserva de Producción Faunística de Cuyabeno, en Sucumbíos; y Parque Histórico de Guayaquil, en La Puntilla.

En este último, mañana desde las 09:00 hasta las 16:30, se mostrará al ave, se darán a conocer pautas sobre su preservación, así como de su hábitat. También habrá show de títeres que tendrán como protagonistas a estas aves.

También se exhibirá la recreación de un nido de similar tamaño al que estos depredadores hacen para que los niños puedan tomarse fotos junto a su familia.

Los visitantes también podrán ver una exposición de fotos de esta ave, y ganarse recuerdos. “Queremos que siempre se tome conciencia de su cuidado y protección, hay que respetar la vida”, dice Herrera.(I)