Nicaragua amaneció ayer con militares desplegados en varias ciudades tras otra noche de enfrentamientos y vandalismo que dejó varios muertos, lo que elevó a entre siete y diez el número de víctimas durante las protestas iniciadas el pasado miércoles contra una reforma a la seguridad social.

El Gobierno de Nicaragua denunció en la víspera la destrucción parcial o total de edificios estatales o del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), supuestamente provocados por manifestantes que se oponen al mandato de Daniel Ortega.

Sedes como el Ministerio de la Juventud en Managua, la Biblioteca Pública de Nueva Guinea, el estatal Centro Universitario de la Universidad Nacional en la ciudad de León, la casa del FSLN en Masaya, así como la oficialista Nueva Radio Ya están entre los edificios que fueron atacados, según la denuncia oficial.

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El detonante de la crisis fueron las nuevas medidas de la seguridad social, que aumentan la cuota patronal y laboral y además establece una cuota de 5% para los jubilados, según EFE.

La vicepresidenta del país, Rosario Murillo, dijo que el Gobierno aceptó retomar el dialogo con el sector privado para discutir las medidas.

Aunque esas reformas sirvieron como desencadenante de las protestas, un ambiente de rebeldía contra el Gobierno ya se notaba en los últimos meses. También el alza en el costo de la vida, los actos de corrupción y acciones contra la libertad de expresión, entre otros, han servido de combustible. .

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Tanto los grupos de manifestantes como el Gobierno se acusan mutuamente de ser responsables de la violencia. (I)