De los $ 7,9 millones que constan como donaciones privadas para financiar la reconstrucción, a dos años del sismo solo se han usado para obras concluidas $ 480 mil, según los registros de la Secretaría Técnica de la Reconstrucción.

El resto de los fondos, $ 7,5 millones, consta en el rubro de “planificación”, sin que se detalle el plazo y el tipo de obra o servicio a ejecutar. Esto sin contar con dos donaciones de China por $ 226,2 millones, con los que se financiarían los hospitales de Chone y Bahía.

Entre los donantes figuran la ONU, la Organización de Países Exportadores de Petróleo, el Organismo Internacional de la Energía Atómica, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Unión Europea.

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A estas donaciones económicas se suman los trabajos realizados por fundaciones nacionales y extranjeras que siguen presentes en Manabí y Esmeraldas. En estos lugares desarrollan programas sociales.

“Las familias damnificadas que nosotros pudimos identificar (en un recorrido) fueron 7.300... Estamos hasta el momento con 2.616 viviendas que hemos puesto en Manabí y Esmeraldas”, menciona Luis Távara, vocero de Hogar de Cristo, quien añade que la ayuda asciende a más de $ 4 millones.

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La organización Techo Ecuador también ha levantado casas en comunidades como Montecristi. “Hemos movilizado a 2.600 voluntarios que han estado involucrados en estos dos años. En total llegamos a 254 viviendas”, indica José Alonso, director de la ONG.

Hace 15 días, el equipo de Bomberos Unidos Sin Fronteras de España, que ayudó en el rescate de víctimas, donó diez casas en Esmeraldas. Esta ONG ha capacitado a bomberos de varios cantones, dio equipos y uniformes a colegas de Manta, y ayudó a crear el Cuerpo de Bomberos de Canoa.

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La fundación Kahre, que lidera Karla Morales, continúa en Manabí capacitando a familias en oficios. También entregó $ 2 millones en víveres durante los primeros tres meses.

En cambio, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales entregó ayuda por $ 2 millones. Instaló un taller de costura en Jama que da trabajo a pobladores. El Ministerio de Educación les encargó 13 mil uniformes.

La ayuda también ha estado enfocada en la atención de salud. La Asociación Internacional de Sanitarios de España (AISE) estuvo hasta el mes pasado en el país con campañas sociosanitarias intermitentes, donde ofrecieron asistencia médica con entrega de medicación, atención psicológica y charlas de prevención y promoción de la salud. 19 profesionales, entre médicos, enfermeras, psicólogos y fisioterapeutas, recorrieron zonas de Canoa, Perdernales, Bahía de Caráquez, Chone, Canuto, Portoviejo, entre otros sitios.

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La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) también arribó con cuatro equipos que trabajaron en las zonas más damnificadas de las provincias de Manabí y Esmeraldas, centrando sus esfuerzos en brindar apoyo en salud mental, realizando actividades psicosociales y distribuyendo kits de medicamentos, refugio, artículos de cocina y de higiene. Unas 5.000 personas fueron atendidas.

De su lado, la Fundación CON.ECUADOR, con la colaboración de la Fundación EDUCO, que tiene su sede en España, desarrollaron programas de apoyo a familias e instituciones públicas afectadas durante el terremoto. Estas acciones se extendieron al año siguiente del terremoto.

Durante el año 2017, en coordinación con el Ministerio de Educación y la Secretaría de Gestión de Riesgos se capacitaron a 263 docentes y directores de 41 instituciones educativas sobre medidas de protección ante un evento de terremoto. Además de rehabilitar las instalaciones de cuatro planteles escolares.

La organización católica Manos Unidas también dirigió sus esfuerzos para reconstruir la vida de cientos de habitantes en las zonas afectadas. Como parte de su segunda fase de asistencia humanitaria, esta ONG emprendió varios proyectos destinados a dotar de viviendas a decenas de familias damnificadas: en Manabí edificó pabellones para aulas de clases, en Santa Elena construyó 23 casas en diferentes comunas y en Imbabura ayudó a reconstruir cuatro viviendas.

Otras ONG destinaron parte de sus recursos a ayudar a Esmeraldas. World Vision Ecuador, en asociación con un grupo de donantes, Caemba (Casitas Emergentes de Bambú) y el gobierno local de Esmeraldas, entregó casas emergentes de bambú a 132 personas afectadas con la finalidad de mejorar sus condiciones de vida. Estas viviendas son de 35 m2. De forma general, esta fundación que tiene su sede en EstadosUnidos atendió a más de 29 mil familias durante los 365 días posteriores al terremoto de 7,8 grados de magnitud.(I)