A miles de kilómetros de casa, el vicepresidente Mike Pence se vio empujado a un nuevo rol en el escenario mundial durante la Cumbre de las Américas para justificar el ataque militar que ordenó el presidente Donald Trump en Siria.

Horas después de que Trump elogió el ataque con misiles que apuntaba a supuestas armas químicas en Siria, tuiteando: "¡Misión cumplida!", Pence defendió el sábado al presidente mientras buscaba apoyo entre los aliados de Estados Unidos para los ataques conjuntos con Gran Bretaña y Francia.

“El objetivo de la misión que el comandante en jefe dio a nuestras fuerzas militares y nuestros aliados fue completamente logrado, con profesionalidad rápida", dijo Pence a los periodistas, señalando que "no se reportaron víctimas civiles".

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Más tarde, hablando en un salón con líderes del continente, Pence expresó su gratitud a Canadá, Colombia y otras naciones expresaron su apoyo al bombardeo en Siria e instó a “todas las naciones en este hemisferio de libertad” a apoyar la acción militar.

La lista de cosas por hacer de Pence incluyó suavizar las diferencias con México, luego de la decisión de Trump de enviar tropas a la frontera y una dura retórica sobre inmigración. Y mientras las tensiones se ciernen sobre el comercio, Pence expresó esperanzas junto con el primer ministro canadiense Justin Trudeau de que las tres naciones pronto podrán llegar a un acuerdo con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés) que incluye también a México.

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Trump a menudo improvisa sus comentarios y es conocido por declaraciones audaces en persona y en su cuenta de Twitter. Pence, mientras tanto, tiende a tener más guiones en sus intercambios y con frecuencia echaba un vistazo a sus fichas mientras hablaba con los líderes latinoamericanos en la cumbre de Lima.

Enviado a Cumbre de las Américas

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A diferencia de apariciones pasadas en las cumbres internacionales, el vicepresidente tuvo que sumergirse en la apretada agenda con poca antelación. Apenas se enteró el martes que asistiría en lugar de Trump para que el presidente pudiera manejar la respuesta de Estados Unidos a Siria.

En una reunión tras otra, Pence ofreció una mano extendida y discreta.

Buscando acercamiento con México, que ha estado en desacuerdo con Trump por el muro fronterizo y la inmigración, Pence dijo que el tema de la financiación del muro fronterizo prometido por Trump no surgió en su reunión con el presidente mexicano Enrique Peña Nieto.

Pence dijo que simplemente tenían una diferencia de opinión y que algunos problemas se "dejaron de lado, para una fecha posterior". No se dijo si las propuestas de Pence eventualmente podrían llevar a una reunión entre Trump y Peña Nieto, que sería la primera.

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Sentado junto a Trudeau, Pence dijo que había una "posibilidad real" de que Estados Unidos pudiera llegar a un acuerdo con Canadá y México sobre el TLCAN "en las próximas semanas". Trump ha manifestado desde hace mucho tiempo su descontento con el acuerdo y ha amenazado con sacar a su país si no está satisfecho con los términos.

Advierte sobre colapso venezolano

La cumbre también le dio a Pence la oportunidad de presionar el tema de sanciones más duras y un mayor aislamiento de Venezuela.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, fue excluido de asistir a la cumbre por sus planes de celebrar elecciones presidenciales que la oposición está boicoteando y que muchos gobiernos extranjeros consideran una farsa.

Pence instó a Maduro a aceptar ayuda humanitaria, ya que la nación, que una vez fue próspera, se enfrenta una crisis humanitaria y económica. (I)