La falta de democracia en Venezuela fue objeto de la condena y preocupación de buena parte de los países que participan en la Cumbre de las Américas en Lima y hubo clamor para pedir a Nicolás Maduro que permita el ingreso de ayuda para paliar la crisis humanitaria que vive el país.

La situación en Venezuela ha centrado buena parte de los encuentros tras bambalinas de funcionarios, aunque no ha habido consenso para incluir en la declaración final de la cumbre que no se reconocerán los comicios en ese país.

Vetado por el Gobierno peruano, el mandatario venezolano no pudo participar en esta VIII Cumbre de las Américas.

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El vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, quien encabeza la delegación de su país ante la ausencia de Donald Trump, pidió “más presión diplomática” para aislar al régimen de Maduro y anunció una ayuda humanitaria para los venezolanos de la diáspora en Brasil y Colombia.

El único que levantó una voz a favor de Maduro fue el mandatario de Bolivia, Evo Morales, que acusó a EE.UU. de querer sacar a Maduro del poder.

“Nos duele Venezuela como latinoamericanos, por eso exhortamos al Gobierno venezolano y a la oposición a buscar el diálogo como único y eficaz medio para solucionar los conflictos y encontrar la paz”, dijo la vicepresidenta ecuatoriana, María Alejandra Vicuña, en un discurso más neutro.

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En tanto, los gobernantes adoptaron un compromiso para emprender “acciones concretas” contra la corrupción de la región durante cumbre.

Un documento con 57 puntos de acción fue aceptado a pedido del presidente anfitrión, Martín Vizcarra por 35 jefes de Estado o sus representantes. Pero el compromiso no señala procedimientos ni plazos de implementación. (I)