El gobierno de Nicaragua lucha por sofocar un enorme incendio que se inició el martes y el viernes por la tarde seguía fuera de control tras arrasar con más de 2.000 hectáreas de la reserva mundial de biósfera Indio Maíz, una zona selvática en la costa atlántica del país centroamericano con áreas de muy difícil acceso.

“No ha sido posible controlarlo, (pero) gracias a Dios no presenta riesgos para las familias que viven cerca”, dijo el viernes la vocera del ejecutivo, Rosario Murillo, al oficialista Canal 4 de televisión.

Las autoridades han decretado la alerta amarilla en esa zona y otras regiones del país vulnerables, informó en rueda de prensa el codirector del Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Atención de Desastres, Guillermo González.

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Al menos 150 funcionarios de diferentes instituciones, entre ellos bomberos y efectivos de la Defensa Civil, intentaban detener el avance del fuego que se extendía hacia el oeste. Sin embargo, el tipo de vegetación hacía el trabajo muy complicado.

El incendio se detectó el martes 3 de abril y se extendió rápidamente debido a que una buena parte de los árboles de la zona son yolillales, un tipo de palma rica en aceite, que facilita la propagación del fuego.

“Es una planta que se enciende inmediatamente y hay miles de su especie en esa región”, explicó a The Associated Press Amaru Ruiz, de la no gubernamental ambientalista Fundación del Río.

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El científico y ambientalista Jaime Incer Barquero alertó de la posibilidad de que la Unesco pueda sacar a Indio Maíz de su lista de reservas mundiales de biosfera, lo que supondría un descrédito para el país.

La región es el hogar de indígenas Rama y Kriol, así como de una amplia variedad de animales representativos de la fauna centroamericana, como las lapas verde y roja, de la familia del loro y que se encuentran en peligro de extinción. (I)