Rusia declaró este viernes la guerra fría a Occidente al anunciar la expulsión de decenas de diplomáticos de los países, en su mayoría de la Unión Europea (UE), que se solidarizaron con el Reino Unido por el caso del espía envenenado en Londres.

Los embajadores de 23 países, entre ellos Alemania, Francia, España, Australia, Canadá o Ucrania, fueron convocados a la Cancillería y se les entregaron “notas de protesta” por las “medidas inamistosas” adoptadas contra Rusia.

En respuesta a la expulsión esta semana de diplomáticos rusos por el envenenamiento del agente doble Serguéi Srkipal y su hija en el Reino Unido, Moscú declaró hoy persona non grata a idéntico número de funcionarios de las legaciones de los países occidentales.

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En particular, Rusia expulsó a un diplomático de países como Suecia y Rumania; a dos de España, Italia u Holanda; a tres de la República Checa o Lituania; a cuatro de Alemania, Canadá o Francia.

Aunque era un secreto a voces que Rusia respondería de manera simétrica a Occidente, la medida ha provocado una nueva escalada de la tensión diplomática entre ambas partes que ha llevado al propio secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a alertar de una nueva guerra fría.

Moscú también ordenó la salida del país a 13 diplomáticos de Ucrania –país al que Rusia está enfrentada por Crimea y el conflicto en el Donbass–, que al igual que el resto tendrán unos pocos días para abandonar territorio ruso.

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Rusia ya había expulsado el jueves a 60 diplomáticos estadounidenses y anunciado el cierre del consulado general estadounidense en San Petersburgo, la segunda ciudad rusa.

En total, Moscú expulsará a unos 150 diplomáticos, medida sin precedentes, incluso en momentos álgidos de la Guerra Fría, aunque su canciller, Serguéi Lavrov, advirtió que podría haber más medidas en caso de nuevos “pasos hostiles” contra el Kremlin. (I)