La OTAN se unió a la campaña internacional para expulsar a presuntos espías rusos, más de 120 hasta el momento en dos docenas de países, como respuesta al escándalo del exespía ruso envenenado en Londres.

Reino Unido saludó las expulsiones como un “punto de inflexión” en la actitud de Occidente hacia una Rusia ‘temeraria”, pero Moscú advirtió que prepara su respuesta.

La OTAN expulsó a siete representantes rusos y denegó la acreditación a otros tres. “Esto manda un mensaje claro a Rusia de que hay costes y consecuencias para su forma de actuar, inaceptable y peligrosa”.

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El analista Fiodor Lukianov escribió en el diario ruso Vedomosti que estas expulsiones, “particularmente destructivas para las relaciones ruso-estadounidenses”, sumen las relaciones entre Moscú y Occidente en un nuevo “periodo de Guerra Fría”. (I)