Perros disfrazados como ángeles, deportistas, marineros o con trajes de princesa participaron este domingo junto con sus amos en la colorida fiesta religiosa en honor a San Lázaro, el patrono de los mendigos y enfermos, que se celebra en la ciudad nicaragüense de Masaya previo a la semana santa.

"Vengo a pagar una promesa a San Lázaro por salvar a mi perrita", una pastor alemán llamada "Osa", que tenía calentura y no podía caminar, dijo Rosa Blas, una joven de 18 años que llegó con el canino en sus brazos.

Las mascotas, en su mayoría perros de raza terry, doberman, pitbull, cockers, pekineses, pastores alemanes o indios (mezclados), desfilaron por las calles al son de chicheros hasta la iglesia María Magdalena del barrio indígena de Monimbó, de Masaya -30 km al sur de Managua- para agradecer al santo por aliviar sus enfermedades.

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Entre los favorecidos estaba "Covu", un enorme pitbull que permaneció ataviado en una camiseta del equipo de fútbol Barcelona cerca del púlpito de la iglesia.

"Tenía alergia.. le pedí a San Lázaro que hiciera el milagro y ahora está sano", dijo su dueño Giovanni González.

"Mi perrita Lazarina casi pierde un ojo que se infectó. La encomendé a San Lázaro y aquí está", manifestó por su lado Tatiana Miranda, una joven comerciante que vistió a su mascota como quinceañera.

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Con estas fiestas, los nicaragüenses recuerdan la parábola del rico y el pobre Lázaro, un mendigo lleno de llagas que comía las migajas que caían de la mesa del epulón, mientras los perros lamían sus heridas.

Según la biblia, al morir el rico. "que no fue capaz de condolerse" del mendigo. se fue al infierno por aferrarse a los bienes materiales y Lázaro fue llevado por los ángeles al cielo.

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"Jesús siempre está del lado del que sufre, del pobre, del mendigo", explicó el padre Pedro Méndez durante la misa en la que los caninos se mantuvieron tranquilos.

La romería a este santo se celebra en Nicaragua a raíz de una epidemia de cólera que asoló a población en el siglo XIX.

Desde entonces, muchos lugareños se encomiendan al Santo para sanar sus dolencias.

"Yo padezco mucho de las várices y le pido al santo que no se agraven", dijo agobiada la anciana Rosa García.

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"A mí me curó del acné", aseguró por su lado la abogada Daneysi Palacios.

Mientras que Francisco Cortés, de 38 años, afirmó que un hijo, que había nacido con llagas en todo el cuerpo, fue curado con la intermediación de Lázaro.

El hombre llegó con toda la familia y su mascota, un pitbull llamado "Aquiles", que dijo superó recientemente una diarrea gracias a San Lázaro. (I)