Las elecciones parlamentarias de Colombia se realizan hoy con una particularidad: las primeras en las que participan las FARC tras el acuerdo de paz.

La ahora Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) dejó atrás las armas para buscar los votos mientras se continúan implementado con retrasos los acuerdos. Los exguerrilleros llegarán al Congreso gracias al pacto de paz de finales de 2016, que condujo al desarme de las entonces Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que ya como partido les garantiza al menos 10 de los 268 escaños parlamentarios (5 en el Senado y 5 en la Cámara de Representantes). Sin embargo, con una votación importante aumentarían sus curules.

Según medios locales, los exguerrilleros que participan para el Senado son: Iván Márquez, Jorge Torres (alias Pablo Catatumbo), Victoria Sandino, Julián Gallo (Antonio Lozada) y Criselda Lobo (Sandra Ramírez), viuda de Manuel Marulanda. En tanto que para la Cámara de Representantes están Seusis Pausivas Hernández (Jesús Santrich), Carlos Carreño, Jairo González, Reinaldo Cala, Omar de Jesús Restrepo, Gustavo Arbeláez, Benedicto de Jesús González y Luis Alberto Albán (Marcos Calarcá).

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Varios de ellos han recorrido zonas populares de los territorios que han ocupado por décadas y otras cercanas a la frontera, recibiendo diversas muestras de apoyo y de rechazo.

Sin embargo, estas legislativas podrían dejar en vilo la implementación del acuerdo de paz si la derecha más crítica del pacto toma el control del Parlamento, como sugieren las encuestas.

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Todo apunta a que “la derecha fuerte” será mayoría, corrobora Ariel Ávila, de la Fundación Paz y Reconciliación, que da seguimiento al proceso electoral. Esto, debido a que es la más opcionada para copar el espacio que dejará el partido de La U que apoyó a Santos y que fue mayoría durante estos años. La fuerza oficialista cayó en desgracia por casos de corrupción y se abstuvo de presentar candidato presidencial.

De no fallar las encuestas, el Congreso quedaría bajo control del Centro Democrático que lidera el expresidente Álvaro Uribe –el mayor crítico del acuerdo– y del partido Cambio Radical que apoya a Germán Vargas Lleras, exvicepresidente de Santos que se apartó del gobierno por el acuerdo.

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Mientras, la izquierda llega fragmentada y rehuyendo alianzas con las FARC.

Su objetivo consiste en mantener su minoría en un país donde la abstención ronda el 60% para estos comicios que podrían ser la antesala del regreso al poder de una derecha dura que quiere modificar lo pactado con las FARC. (I)