Un proyecto de investigación de artes de pesca experimentales dentro de la Reserva Marina de Galápagos ha generado debates y preocupación en redes sociales y en la sociedad civil por una supuesta afectación a este ecosistema protegido, ya que aquello permitiría la captura incidental de especies vulnerables, dicen ambientalistas.

Mensajes y fotos de ciudadanos y ambientalistas que circularon en redes sociales, como Twitter, cuestionaban el presunto uso del palangre (emplea una línea base horizontal de la que cuelgan anzuelos para la pesca), que tendría otro nombre en la investigación. Según ellos, con este arte se capturarían de manera incidental especies como tiburones, lobos marinos, mantarrayas, tortugas...

Las autoridades de Galápagos emitieron un comunicado en conjunto en el que rechazaban el uso del palangre en la reserva. En el documento del jueves último, del Ministerio del Ambiente, del Parque Nacional Galápagos y del Consejo de Gobierno de Galápagos, se menciona que (por acuerdo ministerial) el palangre está prohibido dentro de la reserva desde diciembre de 2008 y que no han autorizado su empleo.

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En el boletín se indica que el Instituto Nacional de Pesca (INP) presentó un proyecto de investigación (de acuerdo con la Ley de Galápagos y normativas ambientales) para conocer la factibilidad del uso de dos tipos de pesca experimentales, llamadas empate oceánico modificado y empate oceánico profundidad de líneas mixtas.

Aquel proyecto, que buscaría capturar especies pelágicas (viven en aguas medias o cerca de la superficie) grandes de interés comercial, a mayor profundidad y con menor incidencia a la captura de especies no objetivo, fue aprobado en agosto del 2016 por el Consejo de Gobierno de Galápagos y por el Parque Nacional, en ese año.

El proyecto, de tres años de duración, arrancó en mayo del 2017 con el primer viaje experimental. Van 31 de los 97 viajes planificados en nueve meses. En cada salida participan dos pescadores y un observador pesquero, se dice. No se especifica si ha existido captura incidental y qué tipo de especies habrían estado entre estas.

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Los ambientalistas cuestionan también que los veedores sean los mismos pescadores y que se haya utilizado el supuesto fin investigativo para utilizar en la práctica la misma técnica del palangre, afirman.

Xavier Romero, buzo y especialista en recursos naturales, dice que no se puede confiar en que un investigador pesquero, que es el mismo pescador, reporte su pesca incidental.

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Inés Manzano, abogada especialista en derecho ambiental, enfatiza que en las reservas marinas no existe la pesca con longliner, palangre o empate oceánico, “porque son las mismas definiciones”.

Agrega que como el empate oceánico tiene anzuelos muy hacia abajo, una tortuga puede quedar atrapada, morir ahogada y no ser reportada. “Ellos han reportado los que han quedado atrapados y los han soltado y liberado. También hay lobos marinos...”, expone.

Dice desconocer por qué han puesto un tope de incidencia del 10%, que si pasa de ese porcentaje no se aprobaría. “Por qué no el 5%, por qué no el 1%, el 4%. Se han olvidado de que es una reserva marina”. (I)

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Cuatro lances por embarcación durante cuatro días a la semana era la metodología, que no se ha hecho porque embarcaciones pesqueras han tenido problemas con el uso del arte, dicen autoridades. En mayo, INP debe presentar informes medios.