Al menos 800 civiles, entre ellos 177 niños, han muerto en dos semanas de bombardeos contra el enclave rebelde de Guta Oriental, informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

Los bombardeos aéreos y de artillería contra Guta se iniciaron el 18 de febrero, y el presidente Bashar al Asad dijo que la ofensiva proseguirá, desoyendo los llamados internacionales a frenar los ataques.

La desesperación cunde entre la región, donde 19 personas murieron ayer.

Publicidad

Los ataques no cesan en las poblaciones de Yisrín, Haza, Ain Tarma, Arbín, Beit Saua, Saqba y Hamuriya, donde las fuerzas de Al Asad lanzaron cohetes de tipo tierra-tierra.

Los jóvenes de la localidad de Hamuriya, que está bajo el control de la facción islamista Legión de la Misericordia, izaron en el centro de la población la bandera siria –roja, blanca y negra, con dos estrellas– en un intento de que se detengan los ataques.

Un portavoz del opositor Consejo Local de Hamuriya, que se identificó como Ismail, dijo que la gente se hacina en sótanos para protegerse de los bombardeos, pero no son suficientes. “Ha habido un movimiento grande de desplazados, son miles, de zonas que están siendo atacadas por el régimen con barriles de explosivos, aviones y artillería”.

Publicidad

“Hay mucha hambre, en los centros médicos solo tratan a los heridos graves, rechazan a los leves porque no hay suficientes medicinas ni equipamiento sanitario”, agregó. (I)