En Cotacachi, cantón de la provincia de Imbabura, existe una tradición que se mantiene entre las alfareras de esta ciudad.

Ellas, como fue la costumbre de sus ancestros, usan el barro y con sus manos le dan forma de diferentes utensilios.

Según publica diario La Hora, regional Imbabura, la alfarería es el oficio de poder transformar el barro en cerámica utilitaria. En Cotacachi se tienen vestigios arqueológicos de la manifestación de este arte desde hace unos 3.000 años a. C., que constituye la época de la construcción de las tolas de la cultura kara o karanki, según refiere Lenín Alvear, director del Museo de las Culturas.

Publicidad

También destaca que en ese tiempo apareció el desarrollo de la agricultura en los Andes. Así, la alfarería se convirtió paralelamente con esta última actividad en el principal sustento para hombres y mujeres.

Por ejemplo, para hacer un pondo (vasija grande de barro cocido), se muele tierra con un palo hasta que se pulveriza. Luego se cierne en un cedazo y queda solo lo fino. Se hace un volcán y se coloca agua, se tapa con hojas de lechero y se deja cuatro días. Ya fermentado, se inicia el amasado. Después se forma una especie de cilindro y se da el proceso de enrollado hasta formar el pondo. (I)