Dalia Sisa, de la comunidad Misquillí, parroquia Santa Rosa, de Ambato, y Jairo Tanguila, de la comunidad Centro Shiguango, parroquia Cotundo, de Archidona, se conocieron en la pastoral juvenil de los Servidores de la Iglesia católica de la Nacionalidad Indígena del Ecuador (Secnie).

Después, hace tres años, él le pidió que sean novios, luego comenzaron a hablar de la idea de que cuando se casen lo hagan además del matrimonio eclesiástico también como lo hicieron sus ancestros. Así se planificó en noviembre de 2017 durante el pedido de mano.

Este anhelo de los dos se cumplió el sábado pasado cuando familiares, amigos y vecinos de los contrayentes se reunieron en la comunidad de Misquillí para la celebración.

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La novia vistió su traje ancestral con bayeta (especie de chal), washcas (adornos en las orejas y cuello), blusa con los bordados de la flor de papa, faja con figuras andinas, anaco, alpargatas y sombrero blanco. Mientras, él salió con el cushma, traje que utilizan los pueblos de la provincia de Napo.

Primero fue el matrimonio eclesiástico que fue oficiado por el padre Ángel Aucapiña, párroco de Santa Rosa, antes de salir los novios recibieron las bendiciones de los padres.

Luego el altar andino acogió a los novios para el matrimonio ancestral que fue oficiado por Raymi Chiliquinga, yachak o sacerdote inca.

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Manifestó que es el proceso ritual del tinkirina, que es la unión de dos seres, con el objetivo de que la vida, la espiritualidad del alma sea entregada a la pachamama (madre tierra), que se ofrenda a través de frutas tiernas que son enterradas.

Con una faja se les unió a través de las manos, luego se les colocó dos llaytus (coronas) de flores para hacerles la purificación del aura con plantas medicinales, se hizo el baño ritual con pétalos de rosas.

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Él vistió a su flamante esposa con los atuendos autóctonos de su comunidad, ella hizo lo mismo colocándole pantalón, camisa y sombrero de color blanco, así como el poncho negro como símbolo de intercambio cultural.

Finalmente, con dos plantas como sinónimo de pertenencia las sembraron para cuidarlas igual que el matrimonio hasta el fin de sus días. Chiliquinga dijo que en aproximadamente diez años es el segundo matrimonio ancestral que realiza.

Fortalecer la identidad

Tanguila manifestó que casarse con el ritual ancestral tuvo el propósito de fortalecer la identidad de la cultura indígena, que como son jóvenes kichwas la intención es ser portavoces de lo que tienen como riqueza cada uno de sus pueblos.

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Incluso señaló que cuando vengan los hijos les inculcarán todo lo que es parte de la cultura de los pueblos ancestrales.

Sisa dijo que desde hace años tenía el sueño de casarse como sus ancestros. (I)

Más datos
Ceremonia

Invitados
Asistieron 1.000 invitados de Misquillí y 200 que llegaron de Archidona.

Comida
Se sacrificaron 5 chanchos, 150 conejos, se cocinaron 20 quintales de papa, 10 de yuca y 1.100 tilapias.

Platos
Se brindó mote con conejo y papas con fritada, típico en comunidades de la serranía; así como maito de tilapia con yuca, agua de guayusa y chicha de yuca de la Amazonía.